Contiene un misterio

Estas palabras fueron leídas por mí al final de la eucaristía de exequias de mi abuelita Dilia, de grata recordación por su sabiduría nonagenaria. Tomé como base algunos capítulos del libro "La vidade los sacramentos y los sacramentos de la vida" de Leonardo Boff, teólogo brasileño. La frase final hace parte de una retahíla que repetía ella, azuzada por sus dos hijos, que le coreaban susrefranes populares, llenos de proverbiales ejemplos. Muerte, pero vida. Como cristianos que somos, no creemos en la muerte sin resurrección, clamaba el arzobispo salvadoreño y mártir, Monseñor ÓscarRomero. Este tributo a mi origen, a mi familia.

El evento que nos congrega lleva un mensaje profundo, es una noticia que, vista desde el ángulo de la fe, es de veras elocuente. Dios ha exigido denosotros en estos días un tributo de amor, de fe y de sumo agradecimiento: Descendió al seno de nuestra familia, nos miró uno por uno y escogió para sí a la persona más madura, a nuestro modelo, a lamejor de todos, la más próxima a Él, nuestra querida abuela. Queridos familiares y amigos, Dios no la apartó de nosotros, porque la dejó aún más verdaderamente entre todos; Dios no se llevó a MamáDilia para sí, sino que nos la dio aún más; Él no la arrancó de la alegría de nuestras fiestas, sino que la plantó hondamente en la memoria de todos; Dios no ha hurtado a nuestra abuelita de nuestrapresencia, sino que nos la hace más presente; Él no se la llevó sino que la dejó; Mamá Dilia no ha partido, ha llegado... no se ha ido, sino que ha venido para ser más abuela si cabe, para estar presentehoy siempre, aquí en el Barranquilla y en cualquier parte del mundo donde se encuentre alguno de nosotros.
La fe ilumina y exorciza el absurdo de la muerte que se convierte así en el “vere diesnatalis” (verdadero día de nacimiento) del ser humano. La esperanza resucita a nuestra querida abuela en el corazón de cada uno de los que estamos aquí y de los que están esperando lejos, pues nos...