Cortázar y el doble
El artículo de Freud sobre “Lo ominoso” se interesa por un vivenciar, de carácter
terrorífico, ligado a la angustia, que surgedice cuando lo reprimido familiar sale a la
luz. Para Freud, lo ominoso evoca lo heimlich que se ha convertido en unheimlich, lo
que destinado a permanecer oculto ha salido a la superficie, lo que no permite
orientarse.
Frente a esto, el creador literario dispone de una serie de recursos que enriquecen sus
producciones, en el sentido de alejarlas del vivenciar siniestro: la narración literaria es
una construcción imaginario simbólica que recubre y embellece.
Otros autores literarios a la inversa generan con la escritura efectos ominosos que no podrían tener lugar en la vida real. El fenómeno del doble, nos dice Freud, es el más
utilizado para generar este efecto, como en los cuentos fantásticos de Hoffman.
También los románticos, los poetas llamados “del mal” como Baudelaire, Bukowski
(más contemporáneo), han desafiado la estética al intentar ubicar, al lado del sentimiento sublime hacia lo bello, lo revulsivo y penoso. O sea que en lugar de velar,
recubrir, hacen aparecer lo que debería estar oculto.
Volviendo a Freud, nos dice que es en tanto que mi Yo se duplica y aparece en lo real,
que me resulta inquietante. “Regresando a fases anteriores de constitución del
sentimiento del Yo y denunciando mi no autonomía, mi dependencia del Otro (llamativamente Freud aquí lo escribe con mayúscula)1. La alteridad radical en lo real
en una de las versiones lacanianas se reabsorbe en la identificación imaginaria, pero se
vuelve a presentificar en la angustia que acompaña la visión del doble.
1
¿Podremos encontrar aquí entonces las raíces de ese gran Otro lacaniano, ese que se constituye como el
tesoro de los significantes?
1Recordemos que en Introducción al narcisismo plantea que las pulsiones autoeróticas
son primordiales. Y la necesidad de un nuevo acto psíquico para que el Yo se constituya
Aquí es donde Lacan se siente habilitado por Freud para enunciar la constitución del Yo
como alienado en los significantes del Otro y en la imagen del otrosemejante (espejo
mediante).
El doble en CortázarEl doble en el sentido de “otro yo” en la literatura, está presente ya en los albores del
género policial como en “El Dr Jekyll y Mr. Hyde” de Stevenson. Los críticos
literarios han creído rastrear la influencia de estos autores en la obra de Cortázar, pero él
lo ha desmentido en una entrevista con Ernesto González Bermejo. No es una contaminación literaria, dice. Ni Stevenson ni Poe deben ser achacados, sí una vivencia,
un remedio que lo llevó a esa obsesión. Un médico le dio una medicación
“experimental” para la jaqueca, derivada del acido lisérgico y un día se vio a sí mismo
caminando a la par, y sintió un horror tremendo. La imagen especular, que sirve a los
fines de recubrir lo real imposible, innombrable, se hace ella misma real, se presentifica. Cortázar, como todo creador, puede hacer algo con esta vivencia; diría que
en parte esta vivencia se encuentra en la génesis misma de sus cuentos fantásticos y
estos en la tramitación –siempre fallida de esa experiencia traumática.
Si bien él no lo dice así, sí explica, más adelante en esa misma entrevista en relación a otro de sus cuentos, Circe que el recurso a la literatura, le sirvió “a los fines de poder
comer un plato de puchero a la española, sin mirar lo que comía”. Efecto
“autocurativo” elaborativo para su fobia, que era el temor a encontrar insectos en la
comida.
La ambigüedad es esencial al cuento fantástico. En “El otro cielo”,que es el cuento que ...
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