Crónica Frost Nixon

Verdad a medias

Por: Harold Obando

Es 22 de abril de 1977 y una limusina negra se detiene en Monarch Bay, California. Inmediatamente descienden de ella algunos guardias de seguridad. Solo uno abre la puerta trasera para permitir que Richard Nixon se asome al mundo. En esta ocasión, el ex – presidente utiliza lentes oscuros, como si tratara de ocultarse de todos. Nixon acelera el paso, eignora a la misma persona que lo entrevistó en ocasiones anteriores, David Frost. La misma actitud tiene toda su comitiva
David Frost luce más serio que en las anteriores entrevistas. No es el tipo divertido que conduce programas en Australia. Su hoja llena de preguntas desordenadas reflejan el trabajo de la noche anterior, el cual también se puede observar en su rostro, con ojeras que no soncomunes en él. Ha cuidado hasta el más mínimo detalle en su apariencia. No hay un solo cabello que sobresalga de su cabeza. Corbata bien colocada. Su imagen televisiva no se puede ver perjudicada es este importante encuentro.
La conversación entre Frost y Nixon se da en una casa de ambiente muy cálido. El momento se vuelve más íntimo, y esto puede servir a los propósitos del entrevistador. Dossofás, un estante de libros, una lámpara, algunos candelabros, un par de cámaras y más de diez personas son testigos de la última entrevista entre estos dos personajes.
En otro ambiente de la casa se encuentra Nixon junto a su asistente Jack Brennan. Este parece darle algunos consejos para “no meter la pata”, pero Nixon ya sabe como afrontar este tipo de situaciones. Se abren las puertas de dichaestancia y ambos miran fijamente a Frost, quien se pone de pie y guarda su bolígrafo para recibir a su entrevistado. Nixon saluda a Frost, sin disculparse por rechazarle el saludo al entrar a la vivienda. La producción empieza a trabajar y todo queda listo para que el entrevistador lance la primera pregunta.
David Frost se ve aturdido por todo el caos que habita en su papel de preguntas. Su rostrorefleja miedo, pero no tarda mucho en hablar.
-¿Fue parte de una conspiración para obstruir la justicia?
Richard Nixon responde con un no rotundo, y empieza uno de sus discursos, que tantas veces le sirvieron para evadir a los periodistas.
-Cuando Pat Gray, del FBI, me telefoneó, y era el 6 de julio, le dije: Pat, tu sigue adelante con tu investigación –menciona Nixon para dejar en claro queno impidió el trabajo de los investigadores.
Frost interrumpe sin previo aviso y refuta las palabras de Nixon. La entrevista continúa con palabras de ambos que no dejan nada claro. El ex – presidente cambia su semblante. Frunce el ceño y le indica a Frost que no existen pruebas de todo lo que se le acusa.
-La razón de que no haya evidencia es que dieciocho minutos y medio de la conversacióncon Bob Haldeman de junio se borraron misteriosamente –vuelve a interrumpir Frost categóricamente, como acusando a Nixon de este hecho.
-Ese fue un descuido desafortunado –responde Nixon, saliendo de forma diplomática de las acusaciones de Frost.
El periodista trata de no perder el control de la entrevista y le menciona a Nixon que existe una conversación donde él habla con uno de sus máscercanos asesores, desbaratando así todos sus argumentos sobre su no conocimiento de los hechos en Watergate.
Las palabras de Frost cayeron como un golpe directo a la mandíbula para Nixon. Las acusaciones continuaban por parte del entrevistador, y la caída del ex – presidente parecía estar más cerca. Richard Nixon apela a los ya conocidos “no sabía nada” y “yo pensaba que…” enojado
-¡Está bien!–expresa un ofuscado Nixon– Ha hecho una conclusión. Ya dije mi opinión. Sigamos con la entrevista.
-Aguarde –Frost interrumpe por tercera vez para volver a preguntar–. Si Haldeman y Enrilchman eran los verdaderos responsables, cuando se enteró de todo, ¿por qué no llamo a la policía y los mandó a arrestar? ¿No es acaso encubrimiento de otra clase?
-Talvez debí hacerlo –dice Nixon ya casi abatido–....