Crónica (un ejemplo): actopan

Actopan, Hidalgo

Brillantes en singular tono rojizo, se repegan queriéndose ocultar uno en el otro, inquietos se mueven en señal de vida, “chinicuiles marchanta, sólo échelos al comal y quedanlistos pa’un taco”; al unísono te invitan de diferentes puestos. En charolas o cubetas los muestran, en botes o en bolsitas los venden “¡barato el litro seño, llévelos, llévelos!”.
Aún no sé si estoylista para hacer la compra y avanzo entre los puestos; la mirada me detiene frente a un montículo blanco de regordetes escamoles, también conocidos como el caviar mexicano, ¡estos sí los he probado, sonlarvas de hormiga! –“¿Cuántos litros le vamos a servir?”.
Con los ojos recorro todos los puestos y al reparar en las grandes cantidades de insectos que cada puesto posee, me inquieta pensar en loque deben hacer para conseguir sus mercancías. Quienes venden no parecen grandes industriales, son sencillos vendedores del mercado central de Actopan, Hidalgo; cuentan que en ocasiones deben caminarmuchos kilómetros para encontrar los nidos o seguir las rutas.
Cómo dejarlos de lado, no podían faltar en el menú los acentrocneme hesperiaris, que puestos así se leen terribles y si los ves, resultanmás aún; pero son los famosos gusanos de maguey. ¡Manjar de dioses!, dice el orgulloso vendedor. Son las larvas de mariposa que hacen orificios en las pencas bajas del maguey, son blancos excepto enla cabeza y las extremidades que son pardas. “Vale la pena que se lleve el litro clientecito”.
¿Litros? Pues, sí. Resulta que la medida para vender tan sui generis productos, es un bote con capacidadde un litro y dependiendo de la especie, el precio puede ir de los 80 a los 550 pesos por bote; de lo más económico que puedes encontrar son las docenas de chahuis por 10 pesos para una rica salsamachacada.
En este punto, comer, quizás ya no es lo más importante por el temor a lo que pudieras experimentar, sin embargo, es el ideal de comida para cualquier persona preocupada por su salud,...