Criminalización del disidente

Criminalización del disidente
Desde el pasado 7 de febrero, y hasta el día 23, la ciudad rusa de Sochi acogió los Juegos Olímpicos de Invierno 2014. Unos Juegos que, desde su inicio, han sidoobjeto de críticas y controversias, como la “expulsión forzada de residentes para hacer espacio para escenarios olímpicos”, la sobreexplotación de los trabajadores durante la construcción de dichosescenarios o los sobrecostos. Pero, sin duda, lo que más ha trascendido de cara a la opinión pública a nivel internacional han sido las protestas frente a las medidas homófobas del gobierno ruso, como lasonada cabecera que exhibió Google el día de la inauguración, o el plantón prácticamente generalizado de los primeros ministros invitados a la ceremonia inaugural, amén de diversas declaraciones depersonalidades y deportistas.

La polémica viene de la denominada “Ley contra la propaganda homosexualista”, la cual prohíbe todo tipo de acción que se pueda entender como propaganda de “relaciones notradicionales”, haciendo énfasis en la posibilidad de que menores de edad puedan verse afectados por esta propaganda. La cuestión es que prácticamente cualquier publicación o manifestación en pro delos derechos de los homosexuales puede ser entendida como propaganda gay y, por lo tanto, conlleva la correspondiente pena. Incluso una publicación en la que, aún sólo parcialmente, se haga mención alos derechos de estos ciudadanos (esta misma, por ejemplo) podría ser igualmente considerada propaganda gay.
Uno puede sentirse identificado en mayor o menor medida con el colectivo de homosexuales,pero es difícil no ser consciente de que, actualmente, Rusia vulnera los derechos de un amplio grupo de ciudadanos, y lo hace por el mero hecho de ser diferentes, por suponer una conducta y unaperspectiva diferentes del ideal que, según algunos, “conviene” para el conjunto de la sociedad. La lógica es aplastante: es infinitamente más sencillo controlar y gobernar a la población si ésta se...