La Crisis financiera e Hipotecaria Mentes perversas Existen innumerables definiciones sobre el Estado, algunos autores lo reconocen como: “el conjunto de instituciones que poseen la autoridad y potestad para establecer las normas que regulan una sociedad, teniendo soberanía interna y externa sobre un territorio determinado.” A este tipo de definiciones se añade casi que tácitamente que el Estado está para velar y generar un desarrollo sostenible por medio del mejoramiento continuo en la administración de los recursos. Dicho lo anterior, vemos que la tarea está incompleta, los estados no siempre buscan el interés nacional, sino más bien proveer de ciertas convenientes facilidades a segmentos o grupos de poder a costa del sufrimiento de terceros. La reciente crisis financiera e hipotecaria es una muestra de ello, de una creciente y desmesurada avaricia por adquirir más poder y engordar las billeteras de banqueros, inversionistas y políticos. Por qué ocurrió esta crisis? Corrupción en las calificadoras de riesgo que solo piensan en Wall Street, por la industria banquera putrefacta y un rol pobre y casi que invisible de los dirigentes de las administraciones públicas. Cuando analizamos hacia atrás es casi hasta fantasioso pensar que la banca y fondos de inversión no sabían sobre las repercusiones que traerían sus comportamientos, y es que los inversionistas arriesgan e invierten más cuando saben que su rentabilidad futura va a ser mayor que su costo, solo veamos el caso de EEUU que ninguno de los ejecutivos que propensaron las crisis fueron condenados, más que a devolver algunas cantidades a clientes y quién sabe si al final realmente lo harán. Esta crisis financiera ante todo es una crisis de principios, un ausentismo absoluto de regulación por parte del Estado, quien acude al rescate de la banca inyectando capital, ...
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