Cuando Conocí

CUANDO CONOCÍ A RAMÓN… O … CUANDO VI A RAMÓN.

Llegaba tarde a trabajar pero tenía que comprarme unas facturas porque si no quedaría sin desayunar ni comer nada hasta el mediodía… Fuia la panaderìa de costumbre pero estaba cerrada… Increíble, se dan el lujo de abrir a la hora que se les antoja. Así van a perder todos lo clientes, especiealmente los mañaneros.Corriendo fui a la panadería de la vuelta donde se caracterizan por tener una paciencia a prueba de balas y a demorarse con cada boludez minutos y minutos… cosa q me desespera.
Antes de entarrtuve que sortear el camión de La Salteña, masa para tartas, empanadas y demás. El tipo del camiión casi me atropella, pero finalmente me dejó pasar con un gesto en su cara como si laamabilidad lo caracterizara… En fin, pura mentira y apariencia. Ah… dije… la panadería también compra las tapas de empanadas… No son caseras.
Claro antes de atenderme a mí la empleada tuvoque entrar a avisar que habían llegado las 40 docenas de tapas de empanadas.
Con la santa paciencia, la empleada, terminó de atender a una escolar de 10 años y su padre que le compraba unsándwich para que lleve al colegio. Luego se acercó a la puerta de la cocina, de la que ya salía mucho calor a pesar de la temprana hora, y gritó: “Ramón… llegaron las tapas deempanadas”.
Los nervios me carcomían… sólo querìa comprar dos vizcochos de los que hacen tan ricos… y seguían perdiendo el tiempo con avisos, cobranzas… ¿Y MI TIEMPO?
Quería gritar: POR FAVORSEÑORITA ATIÉNDAME A MÍ Y DEJE PARA DESPUÉS TODAS SUS OBLIGACIONES…
Entonces, apareció Ramón…
POR DIOS… ya no pensé nada más… ya no me acordé de la tardanza, ni de los vizcochos, ni de lasestúpidas obligaciones de la empleada.

Por supuesto que llegué tarde… Pero lo había conocido… había podido mirarlo el tiempo que le llevó decir: “trajiste las 40 docenas… no?”