Cuatro autoras africanas entre la tradición y la modernidad

Cuatro autoras africanas en la encrucijada entre tradición y modernidad

A pesar de que provienen de pueblos con realidades y tradiciones distintas, las protagonistas de las novelas Mi carta más larga, de Mariama Bâ; Más allá del horizonte, de Amma Darko; En un lugar del Atlántico, de Fatou Diome, y The joys of motherhood
(Las delicias de la maternidad) de Buchi Emecheta, viven existenciasdesgarradas por los conflictos entre los roles femeninos ancestrales y la irrupción de la modernidad, en muchos casos impuesta por occidente, que las obliga a nuevos papeles, pero que no
elimina su condición de subordinación.

Tradición y modernidad

Mi carta más larga, de la senegalesa Mariama Bâ, considerada como una obra de referencia en la literatura femenina africana, presenta laconfidencia que su protagonista, Ramatoulaye, hace a su amiga Aïssatou, sobre sus sentimientos en relación con la
muerte de su esposo Modou Fall. Se trata de un texto autobiográfico, traspasado por la amargura, en el que la protagonista, una mujer educada, de clase acomodada, cuenta cómo desafió las convenciones de su propia familia para casarse con el hombre que amaba y
cómo, luego de treinta años dematrimonio, éste invocó las tradiciones islámicas para casarse por segunda vez con una mujer más joven, sin importarle ni los sentimientos de su primera esposa ni que esto significara comprometer el patrimonio de su primer
matrimonio, al que ella Ramatoulaye había contribuido con sacrificios, con su doble jornada como maestra y como ama de casa.
“Otras, limitadas en sus reflexiones, envidiaban mibienestar y mi poder adquisitivo. Admiraban los numerosos “objetos” de mi casa: horno de gas, molinillo para las verduras, pinzas para el azúcar. Olvidaban la fuente de aquella
comodidad: yo, la primera que se levantaba y la última que se acostaba, siempre trabajando...” (2003: 38).
La reflexión de Ramatoulaye sobre su fracaso matrimonial, no sólo habla del desamor de una mujer de edad madura,que se considera traicionada luego de haberse entregado por completo al proyecto de tener una familia, sino que también sirve de telón de
fondo para mostrar las costumbres de una sociedad que pasa por la transición de convertirse en una nueva nación, luego de la disolución del África Occidental Francesa.
“Escapar de las tradiciones, las supersticiones y las costumbres que nos atenazaban;apreciar diversas civilizaciones sin renegar de la nuestra, elevando nuestra visión del mundo, cultivando nuestra personalidad, reforzando nuestras
cualidades, matizando nuestros defectos, haciendo crecer en nosotras los valores de la moral universal: he aquí la labor que se había adjudicado la admirable directora” (31-32).
Ramatoulaye compara su propia historia con la de su amiga Aïssatou, cuyomatrimonio con Mawdo Bâ, un joven de otra casta, también significó un rechazo a las costumbres tradicionales. Pero, enfrentada a un dilema similar al de su amiga, llegado el
momento decide abandonar a su esposo y a su país y buscarse un nuevo destino en occidente, de la mano de un trabajo bien remunerado que le permite incluso ayudar a Ramatoulaye cuando su situación económica se vuelve precaria.Por las páginas de Mi carta más larga también figura la historia de Binetou, segunda esposa de Modou Fall, y cómo fue prácticamente vendida por su familia. También se esbozan relatos sobre las hijas adolescentes de Ramatoulaye, enfrentadas, a su modo,
a los cambios que vienen por influencia occidental y a las tradiciones que perviven o que mueren. Ese conflicto entre generaciones, entre la maneraen que las madres educaban tradicionalmente a sus hijas y los nuevos tiempos, es particularmente evidente en el
caso del embarazo, fuera del matrimonio, de la hija mayor de Ramatoulaye, que tiene que enfrentarse a los prejuicios y a la desaprobación social.
“El, Ibrahima Sall, no corría el riesgo de que le echaran porque estaba en la universidad. Incluso, si sólo hubiera sido estudiante de...