cuento con marco historico


Martín golpeaba sus zapatos contra el suelo siguiendo el ritmo de una canción de los Beatles que tarareaba por lo bajo. Apoyado contra el cartel negro que decía en mayúsculas blancas: Palermo, revolvió su pelo rubio con la mano en señal de ansiedad. Un golpe sordo desvió su atención.
Liliana miró hacia arriba, cielo celeste perfecto, el sol recubría a los edificios bajo una cálida capa deluz. Pisó el último escalón de las escaleras de la estación Palermo y se apresuró para alcanzar el tren. Un paso, brisa de verano despeinando su cabello, dos pasos, cordón suelto de sus zapatillas, tres pasos, de sus manos se deslizan algunos tomos de libros. Cayó al suelo con torpeza. El guarda tocó el silbato. El tren se fue.
Cuando todo se despejó Martín caminó hacia las escaleras, extendió subrazo y Liliana lo miró sin poder ocultar la vergüenza que sentía en la expresión de su rostro. Los libros de Gabriel García Márquez , Kant y Saussure aún seguían desparramados sobre el suelo. Martín tomó su mano y la levantó sin mucho esfuerzo del suelo mientras ella intentaba peinar su largo cabello castaño claro. Cuando ya estaban parados Martin se atrevió a preguntarle:
¿Estudiante defilosofía?
A lo que Liliana dijo: Sí, estoy en primer año. Estudio en la UBA – sonrojándose mientras alisaba con sus manos su falda un tanto arrugada por la caída.- ¿Vos también estudias?
- Sí. Estudio en el Di Tella – ante el silencio de Liliana, agregó nervioso –Soy Martín.
-Soy Liliana.
Veinte minutos más tarde el tren llegó, Liliana se apresuró a buscar un asiento al lado de la ventana, le gustabaobservar el paisaje y distraerse. Sin embargo esta vez sus pensamientos fueron interrumpidos por un tarareo.
-¿A vos también te gustan los Beatles?- preguntó Liliana.
-She is got a ticket to ride, she is got a ticket to ride, and she’s got a ticket to ride-continuo Martín fingiendo no escucharla.
-But she don’t care – Liliana se unió a él desafinando un poco.
Ambos se miraron, Martín llevo sumano hacia la de Liliana, rozándola sutilmente. El corazón de Liliana se aceleró, al mirar por la ventana su vida paso por su mente, en rápidas tomas, en solo un instante. Así, tomados de la mano y sin hablar pasaron los siguientes cuarenta minutos de viaje hasta llegar a Bella Vista.
-Me tengo que bajar, ¿Dónde bajas vos? ¿Tenés ganas de ir al cine esta
semana? – dijo Martin con todaconfianza.
-Bajo en Muñiz. Me encantaría, el viernes salgo a las doce de la
facultad, ¿me esperás en la estación de Palermo?- contestó Liliana algo entusiasmada.
- Sí, vamos a ver una película de accion, espero que te guste añadió Martín esbozando una sonrisa.
Pasaron dos meses. El cine, la disquerías, una confitería cercana al Di Tella y los bosques de Palermo se habían convertido en los escenarios dela historia de Martín y Liliana. La primavera le fue dejando paso al verano, a las plazas repletas de vendedores por los cuales Liliana amaba caminar de la mano con Martín.
-Tenes que conocer mi casa un día- había dicho Martín un mes atrás.
Finalmente, cerca de fines de diciembre, Martín y Liliana bajaron en la misma estación luego de la facultad. Allí estaban, en una pequeña pero confortablehabitación en la casa de Martín. Ambos estaban sentados sobre el suelo de madera flotante. Martín estaba distante, miraba hacia el ventanal, enfocando su mirada en los débiles rayos de sol que traspasaban el vidrio.
-No sabía que tenías una guitarra ¿Sabes tocar? – preguntó Liliana mientras observaba minuciosamente todo lo que se encontraba a su alrededor.
-Es un regalo de mi tío, sabe que megustan los Beatles y pensó que me gustaría aprender, tengo que tomar clases.
-Es tu día de suerte – dijo Liliana mientras apoyaba la guitarra sobre su falda.
Las palabras sobraban, las notas que Liliana tocaba flotaban sobre el aire, envolviéndolos en una atmósfera apartada del mundo, allí parecían no existir las horas, los días, los meses. Un silencio sobrenatural interrumpió sus pensamientos....