Cuento de un pincel

Amanda Alarcón Alba
A donde vos estés
Estaba recostado erguido y con el pelo alborotado como siempre, meditando para tratar de adivinar porque desde hace días había dejado de trabajar.
Aunqueno me agradaba, yo tenía presentimiento que desde que la compañera de John había desaparecido, a él se le estaba terminando la creatividad.
Ya asustado decidí levantarme y dirigirme a la habitaciónde al lado en busca de una vieja amiga y para mi sorpresa ella también se encontraba abandonada a la sombra del cuarto. Toque la puerta y me acerque a ella, al verla tan triste le pregunté:
-Oye ¿ytú porque has estado tan callada últimamente? ¿Es que no te das cuenta que trabajo más a gusto al escuchar tu melodía?
Ella suspiro, apenas sonrió y me contestó:
-¿Y tú crees que yo no estoy aburridade que ya nadie toque mis cuerdas? Yo siento como si él ya nos olvidó o ya no le importamos.
No lo creo le respondí. Pues resulta que un día antes de visitarla a ella, me dirigí al cuarto de nuestroamo John y me subí a la cama para poder platicar con la almohada, ella me contó que desde hacía unas semanas había tenido más trabajo que nunca, ya que John no dejaba de llorar por las noches y hastaque casi amanecía lograba conciliar unas horas de sueño.
La cosa se ponía cada vez más extraña, pero un pincel como yo no conocía más que un par de paisajes.
Volví a mi lugar por si el volvía ytenía ganas de pintar.
Sin sentirlo me había quedado dormido, pero me despertó un ruido muy fuerte a plena madrugada, me levanté de prisa y me asome con cuidado a la puerta.
Frente a mí había unaimagen horrorosa, mi amiga la guitarra estaba despedazada en el centro sala, corrí a tratar de ayudarla pero ya era tarde ¡ya no podía hacer nada!
Tras semejante escenario de terror busqué a John parasaber quién había cometido semejante acto. Al levantar la mirada él volvía, pero había algo raro en él caminaba tambaleándose y tenía una mirada perdida, llena de tristeza.
Aquello cada vez me...