Cuento policial

El influjo y la complicidad de la Luna más la mano de Lucifer marcaron con un punto negro la piel humana de las almas pecadoras.

Un lunar negro en la mano izquierda.

El miedo a ser descubiertos se apoderó de los poseedores del lunar.

No alcanzaban ni el arrepentimiento ni las oraciones para quitar la señal maldita del cuerpo.

Frotarlo contra las piedras hasta sangrar y ofrecer lasangre como sacrificio no era suficiente.

Empolvarse hasta cubrirlos no sirvió, uno mismo temía de su marca y además era evidente que los polvos eran para cubrir lo diabólico.

Desesperados y dispuestos al sacrificio muchos los tapaban quemándolos con un hierro candente con forma de cruz. Era importante y urgente quitarse el círculo negro que los segregaba del resto de su comunidad. No habíacabida ni arrepentimiento público para los malditos, ya la humillación no era suficiente.

Los más cobardes lo tapaban con ropas o ellos mismos se aislaban viviendo como verdaderos hermitaños temerosos del castigo eterno.

Cortes a cuchillo, amputaciones y severas mutilaciones eran infringidas hacia las pobres víctimas marcadas por la maldad de sus almas.

No conformes con tales castigos y antela sospecha de poseer una marca interna muchos fueron abiertos para ver si en sus entrañas se encontraba la triste señal. A otros, los inmisericordes, los arrojaban a la hoguera.

No se los acusaba de brujería ni de conjuros sospechosos contra la bondad del hombre, la marca era suficiente para saber que estaban asociados con el Maldito.

Como todo, con el tiempo, se perdieron esas prácticasbárbaras y primitivas. Fueron cambiadas por otras más sofisticadas, la historia de la humanidad da fiel testimonio.

El lunar cambió en su expresión y en ciertos casos el grotesco lo tomó como símbolo de burla. La prostitución lo adoptó y no había puta que no se lo pintara exageradamente en su rostro. Luego, la cerrada y controvertida vida en las cortes lo transformó en símbolo de distinsión. Nohabía hombre o mujer importante que no luciera una muy esbelta peluca y un enorme y negruzco lunar en la mejilla.

En los tiempos modernos pasó a ser un símbolo de sensualidad. En el siglo XX, el cine transformó a sus divas en provocadoras luciendo una pequeña marca pintada cerca de sus rojos labios. Hasta hoy forma parte de la cosmética mayormente femenina y ya nadie recuerda sus tristesorígenes y el miedo que provocaba.

Los temores actuales tienen que ver con la ciencia médica ya que los dermatólogos vean nevus, angiomas, melanomas o queratosis los estudian y controlan para preservar la buena salud de sus pacientes.



Hervé Herraix está muriendo intoxicado por radiación y él es quien me dejó sus apuntes que tienen el extravagante título de « El Lunar Cibernético ».

No puedeexpresarse, sufre el « síndrome escafandra », se manifiesta con la intensidad de su vista. La especialista que lo trata es quien logra interpretar lo que mi viejo amigo desea decirme.

Me pidió, me advirtió, me suplicó suma cautela ya que su enfermedad no es casual aunque no sabe a quién acusar de su envenenamiento porque fue premeditado asociado a eso de « que parezca un accidente ». Las mafiasexisten y tienen vigencia.

Seguiré su consejo, estaré alerta. Reuniré sus estudios y procuraré acatar sus instrucciones para disponer de ellos.



Salí del hospital sin rumbo, deseoso de leer el material. Entré al café Martínez en Santa Fe y Uriarte, me senté bien al fondo, en el lugar más solitario que encontré. Se escuchaba suavemente la música de Osvaldo Fresedo orquestado en suinsuperable « Re, Fa,Si ». Abrí el corroído maletín que Hervé me legó. Apoyé todo sobre la mesa.



Me encuentro con un manojo de papeles en desorden y escritos de apuro, con letra casi ilegible por un estado nervioso al borde del colapso. Se ve que ya los efectos de las toxinas comenzaban su labor y Hervé al descubrir su inminente deterioro y posible muerte decidió hacer algo al respecto....