Cuento

Recordaba la sensación de sentirse humillada. Cuando se vio en el espejo su temor, mejor dicho, su estrategia se veía desnuda y calva, clara y cruel frente a ella, le gritaba que corriera y se dejaraser, la había desnudado su tía, si así la podía llamar, era hermana de su papá, pero no la había visto nunca antes.
Cuando empezó a mirar las fotos, todavía no podía definir claramente el momentoen que había empezado a guardarlas, antes no sentía esa necesidad de congelar sus recuerdos por si un día la memoria le llegaba a fallar, tal vez fue cuando se dio cuenta de que no le era posiblecerrar los ojos y recordarse; solo recordó la humillación que sintió cuando la peinó y lo ridícula que se había sentido durante el viaje de vuelta, le habían dicho que una niña buena no andaba el pelosuelto. Había sido como cualquier otro viaje de vacaciones, con su papá y sus hermanos menores, de pesca al Arenal. Recordaba que le había perdido un anzuelo carísimo a su padre, en esos casos era supadre; primera traición, los ojos duros de reprobación, de cómo es posible que me haya hecho esto.
Años después, en una fiesta y con algunas copas adentro, cuando se había ensimismado por que laconversación no estaba muy interesante y se había puesto a divagar, vio la foto entre sus manos y todo se le mezcló con el whisky, las imágenes, la brillantina, el juego en el jardín, la foto tomadadespués del grito, los planes fallidos para dejar de ser ella, para ocultar su feminidad, para esconderse, esconderse siempre en las fotos, detrás de otros y en esa, una de sus mitades se perdía tras unárbol, las cañas de pescar, sus hermanos y el primo estaban ahí, completando el perfecto cuadro familiar, apenas para guardarlo en un albúm y mostrárselo a los nietos con orgullo.

Siempre había tratadode esconderse en ropas flojas que no permitieran ver su cuerpo o sus llantitas ( para ella y algunas veces para su padre llantotas), en un pelo corto y poco femenino (según la usanza) en un...