cuento

Páginas: 17 (4226 palabras) Publicado: 28 de abril de 2014
Juan Carlos Onetti
Cuando en casa de María Rosa, Jorge Michel contó una vez más, ante varios testigos, la historia o sucedido a Atilio Matías y María Pupo, sospeché que el narrador había llegado a un punto de perfección admirable, amenazado sin dudas por la declinación y la podredumbre en previsibles, futuras reiteraciones.
Por eso, sin propósito mayor, intento transcribir ahora mismo laversión referida para preservarla del tiempo; de sobremesas futuras.
El sucedido, que no es relato ni roza la literatura, es, más o menos, éste:
Para mí, ya lo saben, los hechos desnudos no significan nada. Lo que importa es lo que contienen o lo que cargan; y después averiguar qué hay detrás de esto y detrás hasta el fondo definitivo que no tocaremos nunca. Si algún historiador atendiera el viajedel telegrafista quedaría satisfecho consignando que durante el Gobierno de Iriarte Borda, el paquebote "Anchorena” partió del puerto de Santa María con un cargamento de trigo y lana destinado a países del este de Europa.
No mentiría; pero la mejor verdad está en lo que cuento aunque, tantas veces, mi relato haya sido desdeñado por anacronismos supuestos.
El viaje habrá durado unos noventa días ytal vez pueda, con algún trabajo, recitar el rol de la tripulación; el nombre de él, del telegrafista, se me olvidó en el principio, arrastrado por un odio supersticioso. Lo bautizo Aguilera en esta página para contar cómodo. Del nombre de ella, aunque no llegué a verla, no me olvidaré nunca: María Pupo, de Pujato, departamento de Salto.
—Qué querés. Se llama apenas María Pupo —como decía eltelegrafista. Aguilera.
"A la luz de las estrellas es forzoso navegar”, empezó a cantar alguno una mañana, mientras blanqueaba una puerta y de inmediato se corrió la infección, todos canturreando lo mismo, usando la frase como saludo, respuesta, broma y consuelo. A la luz de las estrellas es forzoso navegar. Misteriosamente, la tonada lograba ser más estúpida que la letra.
Usted, uno, cuando lellega la hora de siempre es de amanecer, trepa la planchada con un rollo obligadamente azul golpeando desafiante en el lomo, insomne, hambriento pero con náuseas, todavía un poco borracho y vigilando los movimientos de la cerveza tibia en el estómago, atento también al lento desvanecer del recuerdo, cara, pelo, piernas, mano contraída y maternal de la puta que le tocó en suerte bajo un techo de lataondulante. Son los ritos, no más, una tímida, inflada prepotencia, tradición marinera.
Y usted, uno, ya pesado de pronósticos sobre la suerte del carguero y las peripecias húmedas, muestra documentos y saludos humildes mientras examina, casi sin mover los ojos, las caras novedosas y va tanteando lo que ellas pueden ofrecerle como ayuda, molestia o desgracia.
Reunidos, hipócritas y propensos a lapaciencia, escuchamos al capitán que habló de patria, sacrificios y confianza. Hombre discreto y aburrido levantó un brazo, nos deseó un buen viaje y nos pidió, sonriendo, que procuráramos darle un buen viaje también a él.
Estábamos tan agradecidos porque no había bobeado más de tres minutos, que hicimos, firmes, la venia militar en un barco mercante y balamos un hurra.
Corrí para asegurarme algringo Vast como compañero de cabina. Pero era tarde, los lugares habían sido distribuidos un día antes y en la puerta de mi vomitario encontré una tarjeta con dos nombres: Jorge Michel-Atilio Matías.
Bañados y frescos, era inevitable que estuviéramos a las siete y treinta frente a frente, cada uno sentado en su cucheta, cada uno con la inutilidad pesada de las quietas manos de hombre entre lasrodillas. De manera que Matías, el telegrafista —"tengo que irme en seguida al puesto”— tosió sin flemas, y dijo:
(Era, y para siempre, diez años más viejo que yo; tenía la nariz larga, los ojos sin sosiego, una boca fina y torcida de ladrón, de tramposo, de adicto a la mentira, un cutis protegido del sol desde la pubertad, una blancura conservada en la sombra del chambergo. Pero encima de todo...
Leer documento completo

Regístrate para leer el documento completo.

Estos documentos también te pueden resultar útiles

  • Cuento que te cuento
  • Cuentos Que No Son Cuentos
  • Cuenta cuento
  • cuento cuento
  • cuento cuento
  • Cuentos Que No Son Cuentos
  • Mi Cuento Cuenta
  • Cuenta Cuentos

Conviértase en miembro formal de Buenas Tareas

INSCRÍBETE - ES GRATIS