Cuento

CUENTO

Carmelita se encontraba observando la maleza con tanta vehemencia que parecía hipnotizada por el verde resplandor, a lo lejos, la voz de su madre se perdía entre el ruido del vapor de losfrijoles en la olla y el tronar de la leña. Ella sabía qué debía hacer, por lo cual tomó su canasta y salió a la vendimia del día.

La enjuta y saltarina Carmelita, esquivaba los charcos y desdeluego evitaba a los feroces perros de su vecina Doña Eulalia. Cómo cada martes, le llevaba medio kilo de lomo a su abuelita, siempre tuvo gran curiosidad por saber quién habitaba la pequeña cabaña quecolindaba con la casa de sus abuelos. Ya que ésta lucia tétrica y solitaria. Hasta que un día se preguntó;
- ¿quién vivirá en esa cabaña tan terrorífica y tan cerca de mis abuelos?
Sin tiempo parapensar bien las cosas, cruzó la cerca y se adentró en aquella tétrica cabaña.
- qué raro, todo aquí adentro está demasiado limpio.
El interior de la cabaña daba la apariencia de ser igual de fea ysucia que en su exterior, pero para sorpresa de carmelita, todo en aquella casa gozaba de una limpieza sin igual.
Carmelita, al ver un halo de luz colarse por debajo de la puerta del cuarto principal,no resistió y sintió la necesidad de ver que era, y al abrir la puerta una voz masculina le dijo.
- ¿qué haces aquí carmelita, no se supone que deberías estar obedeciendo a tu madre y terminar laventa?
- ¿quién es usted? Y ¿por qué hay tanta luz en este cuarto?, apenas y puedo abrir mis ojos.
- Yo soy aquél que te mira, aquél que te cuida, aquél que te guía y te consiente.
- anda, regresaa casa y cuida de tu madre, ahora podre irme en paz.
Carmelita desconcertada abandonó aquella habitación lo más rápido que pudo, atravesó el pueblo en un santiamén y al llegar a casa le contó a sumadre la experiencia.
La señora con lágrimas en los ojos, le dijo; aquel señor con el que hablaste, solía repetirte esas mismas palabras antes de quedarte dormida cada noche. Él ahora se encuentra...