Cuentos De Fantasmas

El verdor oscuro de la laguna.

Cuando el destino no nos da otra oportunidad de seguir viviendo y marchamos en plena adolescen-cia al mas allá, nos falla un poco la fe sobre la existencia de Dios, porque tenemos la firme convic-ción de que siempre camina a nuestro lado y al requerir su presencia está allí, nos fortalece, nos brinda cobijo y acoge en su santo seno. En este caso séconjugaron varios elementos para que ocurriera una tragedia que afectó a toda una escuela, donde el amigo de travesuras, el fiel compañero de estudios, y de compartir los mismos sueños se marcha sin despedirse. Por designio de quién ocurrieron los hechos y circunstancias, para que mi buen amigo Hipólito nos dejara a muy temprana edad, dejando un gran vació en quienes les conocimos, provocando unambiente con características de ministerio en el lugar donde convivíamos, que luego de dejó de ser el agradable lugar para seguir soñando.

Esta narrativa denominada el Verdor Oscuro de la Laguna, es la manifestación de la alegría, sueños y tragedias de un grupo de muchachos que estudian en una escuela tipo internado, donde conviven con la naturaleza, las faenas del campo, los deportes y pugnancon un supuesto fantasma que aparece por los mismos acontecimientos, o son el producto de fechorías de mozalbetes para infringir temor en los mas débiles de corazón.

A principio de la década del 70 cursaba estudio de educación primaria en una escuela granja ubi-cada en las adyacencias de una población yaracuyana de nombre San Pablo Municipio Arístides Bastidas. Pueblo que a duras penasluchaba por sobrevivir con sus casas viejas, algunas calles asfaltadas otras de tierra, pulperías y bodegas donde se podía degustar los cambures, fruta que se dan mucho en esta región de centro occidente. Su gente jovial muy partidaria de los toros coleados y de las fiestas patronales, es una época de poca turbulencia, donde casi no se habla de inseguridad y los epítetos malandros, homosexuales ymariguaneros son pocos utilizados o no se usan, porque no se destacan fuertemente entre los vecinos, si los hay pero con mucha reserva porque los policías que andan en bicicleta en vez de patrullas, son muy expertos con los rolos que utilizan para amansar a cualquier echo el guapo. Esto quiere decir que San Pablo es tranquilo y con todas sus precariedades se puede vivir en paz.

Hacia la partenorte de la pequeña población, se llega por una calle que lleva hasta las afueras del casco central, prosiguiendo por un camino de tierra adornado a ambos lados por frondosos y altos árboles que proporcionan una agradable sombra y una refrescante brisas al caminante, al viajero, al campesino que va a su parcela, a los maestros que deben llegar a unos sectores rurales donde fun-cionan unaspequeñas escuelas, y a todo aquel que no tiene la suerte de que los escasos vehículos que circulan por allí le den el aventón respectivo hacia la parte alta de la zona y en mi caso a la Escuela Granja Comunal Iboa, escenario de los hechos que nos atañen y lugar de estudios por lo que se debía caminar unos dos kilómetros.

Resulta que en dicho recinto estudiantil ubicado en la parte rural de lapoblación antes mencionada, funcionaba esta institución donde recibían al muchacho los días lunes en la mañana y según su comportamiento durante la semana le daba libre los sábados y domingo. A la misma acudíamos los estudiantes que por causas diversas faltábamos mucho a clase en sus lugares de origen, o habían dejado de estudiar y sus padres buscaban afanosamente la forma de que culmi-narasu educación primaria y se insertaran en la secundaria respectivamente. En mi caso no era así, ya que cursaba el cuarto grado en una población de la misma entidad federal que quedaba a unos 40 kilómetros del lugar antes mencionado, y nada mas por el hecho de que al salir de clase me dedicaba a jugar pelotica de goma en las calles con otros muchachos del barrio mas o menos de mi edad, cosa que...