Cuentos De Suspenso

La escalera de Caracol

Cada vez que Rubén subía por la escalera de caracol para ir a su habitación sentía como si algo le sujetara las piernas. Tan grande era esa sensación, que le había pedidovarias veces a su casero el cambio de habitación.
Este, cansado de sus inquilinos, refunfuñando entre dientes, le decía que se ocuparía. Pero el tiempo pasaba y nada sucedía.
Una noche de lluviacuando regresaba de una cena con sus amigos, en la segunda vuelta de la escalera resbaló y cayó unos cuantos escalones abajo. Pensó que había tomado demasiado.
Cuando despertó al otro día, con el lógicodolor de cabeza de la noche vivida, se tocó la pierna derecha porque le ardía del tobillo a la rodilla. Se levantó el pantalón pijama para ver que sucedía y notó que esa parte de la pierna estabaarañada.
¿Cómo había pasado? Ningún animal se había cruzado. Decidió no darle más importancia al tema. Volvió a su trabajo pero estaba inquieto, cómo si el mismo no encajara en su cuerpo .Regresó de sustareas y subió con más precaución la escalera mientras Aira, la gata del casero, lo miraba con desconfianza.
Así pasaron los días y una noche escuchó un llanto, Salió de su habitación y el sonido delmismo lo llevo a la escalera de caracol. Miró hacía abajo y de pronto unas manos se apoyaron sobre sus hombros.
El sobresalto fue tan grande que Aira, la gata del casero, con un maullido aterradorsalió disparada. Era Teresa la vieja inquilina, que sabía la historia de todos lo ocupantes de la casa de pensión.
Rubén le dijo que casi lo mata del susto y Teresa le respondió que eso era lo que noquería que le sucediera. Lo invitó a su habitación para contarle una historia. Una vez en el cuarto, bastante desordenado, lo sentó en una silla más vieja que ella y con dos pocillos de café biencalientes en sus manos le dijo: -Abre bien tus orejas así tus oídos no pierden palabra.-Después de persignarse tres veces y decir una oración acompañada de una vela blanca (según ella todo era para...