Cómo escuchar la música
Cómo escuchar la música
De Aaron Copland
Alumno: Pastor Delgado Cano
CAPÍTULO I: Preliminares.
En este primer capítulo se plantean dos preguntas en referencia a la relación que el oyente tiene con la música que escucha: 1.‐ ¿Qué es lo que está pasando? 2.‐ ¿Es sensible a ello? Para responder estas dos cuestiones es necesario desarrollar la capacidad de reconocer una melodía específica, aún cuando se hayan escuchado otras diferentes después de la primera audición de la misma, puesto que, haciendo una analogía con la literatura y en específico con la novela, en una obra musical, la melodía es lo equivalente a la trama, la cual se va desenvolviendo y desarrollando a lo largo de la lectura, en ella convergen diversos eventos concretos que le dan su forma y estos, al no ser abstractos, son asimilables de manera rápida, punto en el cual se terminan las semejanzas entre una novela y una pieza musical. A diferencia de una obra literaria, la música es efímera en su desarrollo, sus elementos se escuchan sólo por unos segundos y desaparecen, sustituidos por otros que a su vez desaparecen posteriormente, no siendo así en la literatura, donde, para comprender la trama, se tiene el apoyo de las páginas precedentes para recordar los eventos acontecidos. En la música el único apoyo que se tiene es la memoria auditiva, misma que indica al oyente lo que ha pasado, está pasando y probablemente lo que pasará durante el desarrollo de la pieza musical, es ahí donde se recalca la importancia del reconocimiento de una melodía específica, la cual será guía para el oyente en su conocimiento de la pieza, lo que a su vez aumenta las posibilidades de que el mismo sea más sensible al fenómeno musical y a todo el universo que este implica.
CAPÍTULO II: Cómo escuchamos.
En este capítulo se exponen, desde el punto de vista de Copland, los tres planos desde los que se escucha la música: 1.‐ Sensual 2.‐ Expresivo 3.‐ Puramente musical PLANO SENSUAL Escuchar la música desde este plano es muy común puesto que no requiere de un gran esfuerzo por parte del oyente para llevarlo a cabo ya que éste no requiere de un análisis consciente de la misma. El plano sensual es dedicado únicamente a disfrutar la música, la cual puede estar presente en el entorno del oyente sin ser ésta parte protagónica de la escena, es decir, se encuentra en segundo plano o más allá. Aaron Copland considera que la práctica continua de este plano aleja al oyente de la música, pues al no ser apreciada de manera inteligente sino puramente sensorial, se le resta suma importancia, es por ello que debe evitarse un abuso de esta perspectiva. PLANO EXPRESIVO El plano expresivo, dice Copland, es el que más controversia provoca, puesto que una misma obra musical puede tener tantas interpretaciones de su significado como de oyentes en una sala de concierto. Tal controversia a llevado de un extremo a otro la discusión sobre lo que dice o no una pieza musical, desde aquellos que afirman que la música no tiene un significado en sí misma, que su valor es objetivo, a aquellos, entre los que se encuentra Copland, que se inclinan por la postura que afirma que toda obra musical dice algo, aunque esto no sea expresable en palabras, lo cual puede generar confusión, mas no es argumento suficiente para negar todo significado contenido en ella. El definir la grandeza de una obra musical es complejo, debido a su relación con aspectos subjetivos de la interpretación de su significado, pero todo apunta a que la importancia de una obra musical radica en lo que es percibido por el oyente al escucharla por primera vez y más aún, cuando es escuchada más de una vez. Toda obra musical que en su discurso exprese, ...
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