David le Gano a Goliat
Decisión surgida de la convicción de que no hay alternativa. Cualquier persona, no solo los jóvenes,caen en la ilusión de auto considerarse más astutos, más sagaces, más poderosos. Sus contrapartes, las instituciones y sus directivas conocen estos devaneos y siempre tienen los antídotos pertinentes:o les dan la suave, o los compran a pecio de ganga o los combaten tienen presupuesto y acceso mediático o…simplemente, los ignoran.
Cualquiera que haya transitado un proceso de transformaciónsocial sabe que las mejores causas jóvenes fallecen extenuadas en el asambleísmo, ese trastorno de la conducta que pretende llevarlo todo al debate y la votación. Ante los recursos de lasinstituciones y las clases directoras los jóvenes sólo pueden oponer la fuerza de su número. Sólo la contundencia de su magnitud puede erigirse en argumento valedor.
Los grandes siempre disponen deasesores, operadores e intimidadores, así que pretender ganarles el debate es una expresión de infantilismo. David le ganó a Goliat porque era judío y vivía en Israel. Dios bendice a los buenos sobre todocuando son más que los malos. En el fantasear joven radica la mayor amenaza para el logro de los objetivos que se quieran plantear. Aun cuando las instituciones y los dirigentes son un peligro, ningunolo es en mayor medida que la pereza y el temor que experimentan los jóvenes ante la pregunta radical ¿somos valiosos? La única respuesta válida es sí. El valor de ser joven es intrínseco. Nadie loconcede. No es un valor alcanzado por liderazgos iluminados; es un valor nativo que se va sumando uno a uno pero que de pronto, de modo maravilloso, alcanza una masa crítica cuyo peso total es muysuperior a la suma de sus partes. Ante esto, las instituciones, si son racionales, aceptan las exigencias juveniles. Y en el ser de las instituciones está el ser racionales: si aceptar las demandas...
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