Declara

CAPITULO XXII

En el espíritu y por el espíritu de Don Bosco

De los capítulos anteriores resulta con bastante claridad cuál era la personalidad y la obra de Don Rinaldi en su rectorado; sin embargo no me parece superfluo prestar un poco de atención a los aspectos más destacados de su gobierno a lo largo de diez años. Para comprender mejor su actividad de Rector Mayor, después de haberprestado la atención a muchos hechos variados y diferentes, será conveniente echar una mirada a lo que constituía el alma de su acción.

Se puede decir que el eje de su programa de gobierno fue el mantener vivo en los Salesianos el espíritu de Don Bosco. Solía decir: Los superiores no han tenido que arrepentirse, cuando se mantuvieron fieles al ejemplo de Don Bosco, mientras que tuvieron que darmarcha atrás, cuando se tomaron decisiones no del todo conformes con la tradición paterna. Un día, mientras alguien alababa una obra que había costado bastante y que había sido llevada a buen termino y afirmaba que aquello era signo evidente de la vitalidad de la congregación, Don Rinaldi intervino: Todo eso no importa nada; lo que sí importa es que aquí o en otro sitio se tenga la certeza de que sehizo y de que se hace cuanto hubiera hecho Don Bosco. En otra ocasión en el Capítulo Superior se revisaba el reglamento para los Noviciados según el mandato del Capítulo General XII. En uno de los artículos se quería introducir algo que definiera el trabajo de los Salesianos. Todos se quedaron mirando a Don Rinaldi y esperando una palabra definitiva. Después de quedarse un momento pensativo, dictóel final de un párrafo, donde entre las virtudes necesarias a un salesiano se introduce “aquella laboriosidad constante, santificada por la oración y por la unión con Dios, que tiene que ser característica de los hijos de Don Bosco” . En una circular de octubre de 1929 advertía que en el trabajo por la formación cristiana de la juventud los Salesianos deben “usar los métodos, las habilidades, elamor, los detalles, el celo de Don Bosco, evitando con solicitud cualquier cambio o transformación, con el pretexto de que otros no hacen como nosotros, que nuestros métodos, y nuestros medios no son bien considerados por otros o que no resultan agradables; que se escuchan murmuraciones y que incluso se critican nuestras mismas intenciones, que en consecuencia es preciso adaptarse a lasexigencias y a los usos de los tiempos y de los lugares donde trabajamos. Nuestra misión no es la de dejarse arrastrar, sino la de arrastrar a los demás; no la de recibir las presiones del lugar o de las personas donde actuamos, sino la de poner en acción nuestro espíritu salesiano”.

Después de recordar esto en general, vayamos a lo particular. Don Rinaldi se nos presenta como hombre de vida interior.La practicó él mismo, la predicó para los demás. Era su convencimiento: quien quisiera vivir según el espíritu de Don Bosco, tenía que tener presente su vida interior. Por esto a la base de su programa estaba el firme propósito de orientar la vida salesiana hacia la vida interior de Don Bosco. Esto lo dio a entender desde los primeros días al ser elegido Rector Mayor, cuando llevó al Papa lasolicitud para pedir una gracia, que fuera un medio válido para facilitar la imitación de Don Bosco, precisamente en el punto de la vida interior. Este medio era la indulgencia del trabajo, sobre el que ya hemos hablado. En el preámbulo de la súplica manifestaba su intención, afirmando que el espíritu de Don Bosco había sido el espíritu de íntima y constante unión con Dios en medio de un intenso eincesante trabajo. Exponía al Papa que sería más fácil imitarle en esto si existiera una indulgencia a ganar cada vez que en medio del trabajo se elevara la mente a Dios con alguna devota invocación. Naturalmente desde entonces el nuevo Rector Mayor manifestaba la voluntad de entregarse a la tarea de convencer a todos de que éste era el verdadero espíritu de Don Bosco. Así quería esforzarse para su...