demian

Todo parte cuando Emil Sinclair, un niño demasiado tranquilo y “correcto”, se ve enfrentado a sus pares, pero más allá de eso, a sí mismo y cuanto lo rodea. Es allí cuando Max Demian, de unoscuantos años más, se acerca a él para formar parte del complemento que hasta el momento le faltaba. Es la seguridad que le hacía falta para desenvolverse con otras personas, pero es, por sobretodo, eseimprescindible grado de fe que no necesariamente está ligado a una religión, pero, que sin embargo, todo ser humano necesita para desarrollar su vida.


La presión de su familia lo lleva a formarsecomo un católico completo. Realiza su confirmación que a la vez significa su independencia, ante lo último que lo ata a lo tradicional, a aquello que está establecido. Beatrice, aparece en esta etapade su vida. Un amor que no logra concretarse más allá de la contemplación, que no tarda en transformarse en obsesión que canaliza a través de la pintura. Es la pintura, uno de los elementos que lollevará a acercarse a uno de los personajes esenciales en la historia.


Ese rostro creado, que en un inicio lo atribuía a Beatrice, pero que en el fondo venía de un recóndito de su mente (o sualma) le pertenece finalmente a la mujer que lo logra llenar a cabalidad. En sueños, aparecía ella, real y cercana, hasta que un día de vacaciones la encuentra estática en un cuadro fotográfico en laantiguaa casa de Demian. El objetivo es ahora encontrarla.


Como si alguna vez Demian hubiese querido unir ambos caminos, Emil la encuentra y ve en ella a quien siempre buscó. Es como Demian, peroen versión femenina y siente con ella todo lo que alguna vez soñó como el verdadero y puro amor. Ella le enseña sobre la vida, sobre el amor. Él aprende y la ama. Es feliz, plenamente feliz.Comienza a entender y a entenderse. Logra un conocimiento hacia adentro y lo reconoce como tal. Ya no hay más búsquedas y por fin puede dedicarse a vivir la vida. Ahora existe quién lo acompañe y a quien...