Democracia En Perú

LA CALIDAD DE LA DEMOCRACIA EN EL PERÚ: LAS CONDICIONES POLÍTICAS Y ECONÓMICAS EN LA PARTICIPACIÓN DE LOS CIUDADANOS
Reseña del artículo titulado “La democracia en el Perú: una terca voluntad”, escrito por Catalina Romero, en: Revista América Latina Hoy, abril de 2007, número 45, España: Universidad de Salamanca, pp. 89-107.

La calidad de la democracia en el Perú, la institucionalización dela democracia desde el punto de vista de la legitimidad política y el comportamiento político de los movimientos sociales y de los electores mismos, son los ejes temáticos desarrollados en el artículo de la autora Catalina Romero, con el fin de responder a la problemática sobre ¿cómo distinguir entre la legitimidad de las instituciones democráticas y los resultados de un gobierno democrático?
Enuna primera parte, se hace mención de los indicadores de satisfacción y apoyo a la democracia en dicho país, la aprobación del gobierno de Alejandro Toledo y el segundo de Alan García, la creencia en elecciones limpias, sin presión, y la eficacia del voto, el porcentaje de participación electoral y la confianza en la Oficina Nacional de Procesos Electorales y en el Jurado Nacional de Elecciones.Dichos resultados están contenidos en el informe del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) del año 2006 y en el reporte del Latinobarómetro, de octubre del mismo año. En ellos, se evidenció un aumento significativo de la satisfacción de los peruanos con la democracia de 2005 a 2006, pasando del 13% al 23%, así como el considerable ascenso de la aprobación del gobierno de AlanGarcía que obtuvo un 57%, a comparación de tan solo un 16% para Alejandro Toledo. De manera similar a la aprobación en 2006 del gobierno de Alan García, el actual presidente “Ollanta Humala obtuvo un 52% de aprobación para el año 2011”.
Pese a lo anterior, Catalina Romero destaca que la confianza en el gobierno “sigue por debajo del promedio continental con 37% y sólo un 47% piensa que el votopuede ser eficaz, colocando al Perú en el segundo lugar más bajo de América Latina, después de Paraguay”.
Sentado lo anterior, Romero afirma que pese a que un proceso electoral es el escenario en el que se observa mejor el desarrollo y funcionalidad de las instituciones fundamentales de la democracia, esté no es el problema más relevante de la democracia en el Perú. Tanto el comportamiento políticode los electores y de los políticos, como la precaria organización de los partidos políticos en general, siguen siendo trabas a la calidad de la democracia y al intento de construir una forma de gobierno para todos.
En este orden de ideas, los resultados electorales obtenidos en el 2006 (y también los del 2011) confirman una de las hipótesis contenidas en el artículo abordado sobre lo difícilque resulta predecir el comportamiento de los electores y al mismo tiempo, el caos funcional de los actuales partidos políticos en el Perú. Para esta última, Romero considera que estas agrupaciones políticas no se constituyen como medios efectivos para la formación y participación política ciudadana, consideración que comparte el autor Oscar del Álamo, al concluir que “los partidos políticos hanido perdiendo el rol de representación y canalización de intereses sociales que les correspondería en un sistema democrático”.
Para la primera vuelta de aquella contienda electoral, el candidato Ollanta Humala obtuvo la mayoría de votos (no los necesarios para no necesitar una segunda vuelta), a pesar de estar enfrentado a un político con experiencia en el gobierno y a sabiendas de su trayectoriamilitar, en tanto todos los ciudadanos peruanos tenían conocimiento de que Humala era “un ex comandante del Ejército sin experiencia política reconocida”. Al mismo tiempo, esta candidatura mostró “un mapa político que agrupaba al electorado de las ciudades y provincias andinas, de Sur a Norte del país tras un candidato, en oposición a los electores de ciudad capital y de la costa norte del...