Democracia Para Todos

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Los jóvenes y la democracia
Con cuánta frecuencia paredes de edificios públicos y privados, casas y bardas en ciudades y pueblos se encuentranpintarrajeadas con grafitis, y si es sobre pintura nueva, el tachado de símbolos y números truncados se expande más y mejor. Todo indica que las experiencias de este tipo de conducta antisocial van contralas buenas maneras y las buenas conciencias por su búsqueda de referentes de comportamientos grupales y de definición de personalidad a través de la tribu a la que se pertenece.
Actitudes como éstaen la hora de la violencia desenfrenada, en la que la zozobra nos hace luchar contra la vida y contra la muerte, hacen pensar que en efecto los niños-adolescentes y los jóvenes son ejercitadoresplenos de todo lo que han aprendido, como la renuncia al rol de adulto, la búsqueda del placer inmediato, el materialismo, y la concreción de sus actos en función sólo del presente, sin mayoresalternativas.
Eso sí, bajo una mirada de mayor información, más temprana socialización, falta de compromiso ideológico cada vez más educado con los disparates y desplantes de nuestros políticos actuales, ymayor experiencia vital cada vez a edades más cortas, posiblemente porque la cultura juvenil urbana se asocia a una manifestación de renuncia y auto marginación del sistema y a una filosofía del ocio sinfinalidad y sin medida.
Estas dos actitudes vienen heredadas de la asunción por parte de la sociedad de los valores promulgados; por una parte, por los movimientos juveniles contraculturalesrevolucionarios de las últimas cuatro décadas, pasando por los hippies, punks, beats, etcétera, y por otra, como respuesta individual frente al desencanto y reflejo de la impotencia del ser humano por cambiara un mundo mejor.
Esto quiere decir que el sector juvenil también es algo distinto, tienen mucha historia en común, vienen de determinadas raíces desde las cuales emergen palabras, derechos,...