Desarrollo De Tendencias Prosociales Y Agon Sticas

El grupo de iguales como campo
de prácticas. Desarrollo de tendencias
prosociales y agonísticas
Elena Gaviria Stewart
(En J. F. Morales y C. Huici (Dirs.), Estudios de Psicología Social (pp. 315-347).
Madrid: UNED, 2003)

INTRODUCCION
Altruismo y egoísmo, conducta prosocial y conducta agresiva, son fenómenos cotidianos
a los que ningún individuo es ajeno. Aunque se estudian como fenómenosantitéticos por
razones heurísticas, lo cierto es que aparecen muy ligados entre sí en las relaciones humanas.
Un supuesto del que se parte en muchas disciplinas, no sólo en Psicología Social, es que el
egoísmo es intrínseco a la naturaleza humana, mientras que el altruismo, en caso de existir,
debe ser aprendido e impuesto por fuertes normas sociales. La existencia de conducta prosocial
no se pone enduda, por ser un fenómeno manifiesto, pero sí se sostiene que no sería posible
sin la intervención de agentes socializadores que inculquen normas represoras de las fuertes
tendencias egoístas del ser humano. Esos agentes socializadores son los adultos, padres
y educadores principalmente, de los que los niños, supuestas pequeñas bestias dominadas
por el egocentrismo, aprenden todo lo necesario paradesenvolverse en las relaciones con
los demás. Por otra parte, las limitaciones cognitivas de los niños pequeños, puestas de
manifiesto en múltiples estudios experimentales y empleando entrevistas, les impiden, según
los autores de estos trabajos, llevar a cabo operaciones mentales complejas necesarias para
actuar prosocialmente, como ponerse en el lugar del otro y darse cuenta de que necesitaayuda.
En cuanto a la conducta agresiva, o agonística en general, se considera como un fenómeno
negativo, incompatible con el comportamiento prosocial, que hay que controlar o evitar.
Estas distinciones y afirmaciones resultan demasiado tajantes cuando uno se para a
observar lo que realmente hacen los individuos en su ambiente natural. Las investigaciones
naturalistas con primates no humanos y conniños pequeños son una buena prueba de ello.
Por una parte, existen numerosos datos que confirman la presencia de conducta prosocial
en otras especies (por ejemplo, de Waal, 1996). Además, diversos estudios con bebés y niños
pequeños muestran que nacemos con una tendencia a la empatía y que esa tendencia, primero
emocional, luego se va completando con componentes motivacionales (altruismo), cognitivosy conductuales (por ejemplo, Hoffman, 1981; Zahn-Waxler y Radke-Yarrow, 1990). Por otra
parte, la investigación etológica sobre conflicto pone de manifiesto que la conducta agonística
no siempre es perjudicial para el grupo, sino que muchas veces, incluso, favorece el aprendizaje
de estrategias de solución (por ejemplo, Aureli y de Waal, 2000), y se complementa con el
comportamiento afiliativo oprosocial (Silverberg y Gray, 1992).
Aunque estos resultados contradicen explícitamente algunos de los supuestos dominantes
en las ciencias sociales, encajan perfectamente en las predicciones de la teoría de la aptitud
inclusiva (versión revisada de la teoría de la evolución de Darwin), según la cual, tanto el
egoísmo como el altruismo son adaptativos porque reportan ventajas a los individuos quelos
poseen. Sin embargo, para ser realmente ventajosos no puede tratarse de pautas de acción fijas,
sino que deben estar regidas por mecanismos que permitan distinguir cuándo es apropiado ser
Estudios de Psicología Social (pp. 315-347).
Madrid: UNED, 2003)

© Universidad Nacional de Educación a Distancia. Madrid, 2003.
© J. F. Morales Domínguez y C. Huici Casal.

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altruista y cuándo es más ventajoso ser egoísta. Y lo mismo ocurre con las tendencias agresivas.
Éstas no podrían haber evolucionado si no resultaran de alguna manera beneficiosas para el
individuo y el grupo o, al menos, si sólo fueran perjudiciales. Nos estamos refiriendo a la
llamada “agresividad instrumental”, es decir, a la...