Deseo Siete

Deseo Siete
Crónica

Aún lo recuerdo bien. Una alegría despertaba diariamente en mí, queriendo vivir, saltar, jugar. Esperaba ansioso por ir a la escuela, ver a mis amigos, desayunar con ellos,hablar, jugar. Mi madre me levantaba para ir a clases con un beso en la frente y una cálida voz llamando a mi nombre. Siempre me hacía sonreír al abrir los ojos.

Tenía seis, la misma edad que misamigos de la escuela. Para ellos y para mí, los recesos eran nuestros favoritos. Había mucho movimiento, todos los niños de los demás grados jugando en las canchas, en el jardín o en los salones. Peroteníamos nuestro lugar especial. Estaba ahí una cabaña, donde era el sitio preferido de todos para sentarnos entre ella y los jardines.

Recuerdo que había muchos árboles alrededor, lo cual hacía quehubiera muchas hojas de todos los tamaños en el suelo y por todas partes. Contábamos nuestras mejores historias, mientras comíamos nuestro desayuno, guardado todo en una lonchera térmica, junto con unjugo que a veces compartíamos. Solía ser perfecto, en la visión de un niño de esa edad, donde el divertirse bien, brincar todo el día y terminar cansado, era lo mejor para dormir tranquilo.

Eltiempo, lento como las hojas amarillas, naranjas y rojas de los árboles que se desprenden de sus ramas poco a poco, al pasar de los días y hasta el final de la temporada. Así un año entero fue pasandode forma tardía, tranquila.

Ahora, me encontraba en mi casa: era enero de 1999. Parecía que el frío de afuera hacía que deseara un chocolate caliente, mientras miraba el árbol navideño, donde yacíanlas cartas hechas por mis hermanos y yo, para los reyes magos. No dejaba de pensar que faltaban poco más de 30 días para mi próximo cumpleaños, que nunca dejaba de contar de forma regresiva.

Unamañana, los regalos de todos estaban ahí. Justo lo que había pedido me entregaron aquellos magos: un auto en miniatura que había visto en Sam’s de Veracruz, con pedales y freno de mano. A juzgar por...