Después no digan

Después no digan que Mauricio Macri atenta contra la Cultura ciudadana. Instaló bibliotecas en los dos balnearios porteños en su Buenos Aires Playa para que los vecinos pudieran abocarse a la lectura bajo el amparo de las sombrillas de color amarillo. Empapeló la ciudad con los afiches de la campaña “No hay ciudad sin Poesía”. Posó orgulloso junto a los osos del United Buddy Bears de Berlín, unaexposición itinerante que hace casi cinco semanas se exhibe en símbolo de paz nada menos que en el paseo público de la Plaza San Martín, junto al monumento al Libertador. Como empujado por una marcada tendencia a las contradicciones simbólicas, el jefe de gobierno instala por un lado esas playitas divinas al borde del río mientras desaloja en forma violenta a familias enteras en La Boca, recortael presupuesto destinado a la Educación Pública en un 2% ($200 millones de pesos que serán otorgados a su vez al sector privado, la misma cifra que se le recortó al programa de urbanización de villas) y promociona con bombos y platillos la presentación de la compañía australiana ‘Circa’, un show circense que actuó en la Costanera Sur, mientras emite una orden de desalojo al Centro Cultural yCooperativa de Trabajo Trivenchi del barrio de Constitución que, entre otras actividades culturales, desarrollan las artes circenses. Pero las mentes brillantes del PRO no se conforman con estos pequeños aportes a la Cultura Porteña. Para el Bicentenario no escatimaron en proyectos. Ya desde el año pasado que vienen elucubrando y poniendo manos a la obra en lo que será uno de los mayores logros de sugestión. Nada de repartija de toneladas de escarapelas a modo de French y Berutti frente al Cabildo ni de iluminar el edificio con miles de bombitas como si fuera un arbolito de Navidad patriótico. Este es un festejo en grande. ¿Alguien está pensando quizás que el Gobierno de la Ciudad organizará una campaña destinada a que el gran público porteño conozca en profundidad el pensamiento revolucionariode Juan José Castelli regalando folletos con su historia en las esquinas de Avenida de Mayo? ¿Empapelarán los espacios públicos con algunas de las ideas que defendió Mariano Moreno, por ejemplo esa que decía: "Si los pueblos no se ilustran, si no se vulgarizan sus derechos, si cada hombre no conoce lo que vale, lo que puede y lo que se le debe, nuevas ilusiones sucederán a las antiguas, y despuésde vacilar algún tiempo entre mil incertidumbres, será tal vez nuestra suerte mudar de tiranos sin destruir la tiranía"? No, nada de eso. Si hay algo que caracteriza Mauricio es su apego por la modernidad. Y qué mejor para recibir el Bicentenario que traer de nuevo a los españoles. ¿No sería eso una transgresión digna de resaltar? Al lado de esto, su versión de Queen para CQC va a quedar como unaanécdota insignificante, una perlita para los aficionados de Youtube. Pero no a cualquier español, cabe aclarar. Estamos hablando de Cultura PRO, esa cultura color amarillito que tan bien queda con la letra Hache recortada en blanco inmaculado.
Todo comenzó en otra fecha patria, el 20 de Junio del año pasado, cuando el titular de la Jefatura de Gobierno, el Ministro de Cultura y titular delEnte de Turismo del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Hernán Lombardi y el secretario general de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), Juan Pablo de Laiglesia, firmaron un acuerdo para la futura instalación de la sede del Centro Cultural de España en Buenos Aires en el predio del ex Patronato de la Infancia (PADELAI). Por este convenio parece que encima lestenemos que estar agradecidos. En el sitio de internet de la Embajada de España puede leerse que “Este acuerdo se inscribe en el marco de la celebración del Bicentenario, al que España contribuye, además, con el equipamiento de la Casa del Bicentenario y la restauración del Teatro Nacional Cervantes”. A propósito de las firmas, el titular de la Agencia comentó entusiasmado que "sentimos una...