dinamismo

Confusión de lengua entre los adultos y el niño.
-El lenguaje de la ternura y de la pasión:
Ferenczi
Hago hincapié en la importancia que recalca sobre el factor traumático tan injustamente olvidado en los últimos tiempos al tratar la patogénesis de la neurosis. El hecho de no profundizar lo suficiente en su origen externo supone un peligro, el de recurrir a explicaciones apresuradas relativasa la constitución del trauma.
Gracias a la abre acción, importante cantidad de afectos rechazados se impusieran en la vida afectiva consciente y pusieran fin a la aparición de síntomas.
La repetición había resultado bien, los pacientes presentaban una mejoría pero sin embargo, los pacientes se quejaban de angustia nocturna y sufrían de pesadillas; lo que quería decir que el análisis sedegenera en una crisis de angustia histérica. .. La sesión de análisis era una nueva repetición del trauma.
Ferenzi descubrió que sus pacientes presentaban secretos impulsos de odio y de cólera hacia el mismo. Llegué poco a poco a la convicción de que los pacientes percibían con mucha finura las tendencias, las simpatías y antipatías, y el humor del analista, incluso cuando éste era inconsciente deellas. En lugar de contradecirle y acusarle de flaquezas o de cometer errores, los pacientes se identificaban con él. 
Habitualmente no se permiten ninguna crítica respecto a nosotros; ni siquiera les viene a la mente, como no reciban nuestro permiso expreso o nuestro ánimo directo.
Aquí chocamos con importantes resistencias, no ya las del paciente, sino las nuestras. Ante todo debemos seranalizados y conocer a fondo nuestros rasgos de carácter desagradable, tanto exteriores como interiores, a fin de aceptar lo que las asociaciones de nuestros pacientes pueden contener de odio o de desprecio oculto.
Gran parte de la crítica rechazada se refiere a lo que podríamos llamar la hipocresía profesional. Acogemos cortésmente al paciente cuando entra, le pedimos que nos comunique susasociaciones, y le prometemos escucharle atentamente y consagrar todo nuestro empeño a su bienestar y al trabajo de aclarar su estado.
Como analistas debemos comunicarle al paciente que nos parece desagradable o que es lo que nos aqueja, no solo escucharlo.
He de insistir en que esta renuncia a la “hipocresía profesional”, considerada hasta ahora como inevitable, en lugar de herir al paciente le aporta unnotable consuelo.. En la relación entre el médico y el enfermo existía falta de sinceridad, algo que no se había dicho y que al explicarlo liberaba la lengua del paciente. Admitir un error conseguía para el analista la confianza del paciente.
La hipocresía profesional, la no empática con el paciente se puede asimilar a lo que en la infancia lo hizo enfermar y por ende si empujamos al enfermo ala situación de trauma su estado se hace imposible, por lo mismo hay que cambiar la situación para hacer el proceso distinto al trauma e inversamente a él, volverlo agradable.
Cuando el analista acepta sus errores se gana la confianza del pacientes, lo siente más cercano.
Si guardamos una actitud fría y pedagógica en presencia de un paciente afectado de opistótonos, rompemos el último vínculo quenos une a él. El paciente sin conocimiento es como un niño que ya no es sensible al razonamiento, sino a lo más a la benevolencia materna.
El paciente necesita sentirse apoyado, si se siente solo, va a producir la misma situación que produjo en él la ruptura psíquica y que más adelante lo enfermó.
 Los pacientes adivinan, los pensamientos y las emociones del analista. Es casi imposible por lotanto poder engañar al paciente.
He comprendido a través de mis pacientes la importancia del traumatismo y sobre todo del traumatismo sexual como factor patógeno.. Incluso los niños de familias honorables de tradición puritana son víctimas de violencias y de violaciones mucho más a menudo de lo que se cree.
Se podría considerar como mentiras histéricas o fantasías de los niños pero es...