Discriminacion

Racismo en el estadio
Tenía más de un año sin acercarme a un estadio de fútbol a ver un partido. Por razones de trabajo estuve el miércoles pasado en el Ricardo Saprissa para ver el cotejo entreCosta Rica y El Salvador.
Aún antes de que el árbitro diera el pitazo inicial ya me sentía desilusionado y dolido por las cosas que había visto y escuchado en esos momentos previos.
Debo aclarar que lobien o lo mal que haya jugado la sele pasó a segundo plano. Las actitudes racistas de una parte de la afición nacional empañaron mi vuelta al Ricardo Saprissa a ver fútbol.
Mientras muchos ululabancuando los hermanos salvadoreños alentaban a su selección se vinieron a mi mente infames escenas que sólo asociaba con el fútbol en el continente europeo.
Recuerdo la ocasión en que a Samuel Eto’o unaficionado le gritó “mono” o la vez que Paulo Wanchope se vio envuelto en una pelea con un aficionado que estúpidamente lo insultó por su color de piel.
Al canto de “mareros” y abucheando el HimnoNacional de El Salvador demostramos que una parte de la afición vive una fantasía nada distinta a la de cualquier racista y prejuicioso de pacotilla.
Pensar en una superioridad racial de loscostarricenses sobre los salvadoreños, hondureños, nicaragüenses o japoneses simplemente nos demuestra que una parte de nosotros sigue viviendo ajena al sentido común y con pocas trazas de educación.
Mientrasse me caía la cara de vergüenza al ver a los colegas salvadoreños cantando con orgullo su himno nacional en medio de una rechifla, pensaba en noticias sobre personas expulsadas de los estadios yhasta encarcelados por sus actitudes racistas.
No logro ver la diferencia entre tirarle un banano a un jugador de raza negra y gritarle “indio” a un jugador salvadoreño.
Espero que la FIFA y laFederación Costarricense de Fútbol tampoco vean la diferencia y tomen cartas en el asunto. El racismo y la falta tolerancia con nuestros semejantes deben ser eliminados de raíz de nuestro deporte y nuestra...