Discurso
Hablar de un hombre que por todo premio a sus gloriosasvictorias en los campos de Salta y Tucumán, sólo pidió poder fundar escuelas donde se enseñaran a respetar los derechos del hombre.
Hablar de un hombrejunto a quien marchó todo el pueblo jujeño durante el éxodo, destruyendo sus pertenencias para no dejar nada que el enemigo pudiera utilizar.
Hablar deun hombre que no replegó sus fuerzas a pesar de la derrota.
Hablamos, entonces, no de un hombre común, sino de uno cuyo destino signó y dirigió milesde destinos; de alguien sobre cuyas espaldas cayó la enorme responsabilidad de comandar hombres en batallas y acumular resonantes triunfos.Normalmente, asociamos la figura de Belgrano con la creación de un símbolo patrio: la Bandera. Porque un 27 de febrero de 1.812, en las orillas del río Paraná,sin pedir permiso a sus superiores, se celebró la ceremonia de la Bandera.
Formando la tropa, Belgrano desenvainó la espada y dijo: “Este será elcolor de nuestra divisa, con que marcharán al combate los defensores de la Patria”.
Es así que hoy, hacia donde miremos ella está, cobijándonos. Cielo ynubes que se besan, que se juntan, que nos obligan a seguir luchando, como lo hicieron Belgrano y tantos hombres, por una patria justa, libre y soberana.
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