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doloroso exilio a su tierra, pero quizá Alberti no sabe como también para nosotros es muy viva y muy honda esta emoción de encontrarle entre nosotros y de tener por fin tras una espera tan larga,una espera que parecía interminable esta ocasión de conversar bis a bis acerca de su obra, que es un monumento vivo de la poesía española y acerca de su vida tan rica, tan prodiga, tan llena de azulesy de alegrías y tan llena también de penas y de tristezas. Maestro muchísimas gracias por estar aquí, nos sentimos muy felices y esperamos que esta estancia sea muy larga y llena del cariño de todossus amigos. Recordemos un poco el hecho que marca su vida, ese fatídico Julio del 36.
Alberti: Sí, muy buenas noches. Bueno, cuando se produce el 18 de Julio el levantamiento yo me encontraba enIbiza escribiendo Costa Sur de la Muerte y no pude salir. Recuerdo que allí se sublevó el comandante Mestres y vino la guardia civil a buscarnos para meternos presos. Nos salvamos al meternos en laoscuridad de unas magníficas higueras del mediterráneo y es gracias a esa higuera que estoy hablando aquí esta noche.

Entrevistador: Durante la guerra fue nombrado director del museo Romantico deMadrid y fue también director de la revista el Mono azul.

Alberti: Sí, el nombramiento del museo Romántico es el nombramiento más romántico que ha podido haber, era un local muy bonito, pequeño que seencontraba en la calle San Mateo. Recuerdo que evacuamos el museo rápidamente por que en Madrid caían bombas en todas partes y a todas horas, sobretodo bombas de artillería. Aunque cuando Madrid quedócercado, ya casi la aviación no bombardeaba. Pero sí (ríe), fue director de un museo evacuado.

Entrevistador: Durante la guerra conoce naturalmente a Heminguay y a Picasso, entre otros. Es más,dicen usted vio como Picasso pintaba el Guernica.

Alberti: Efectivamente, conocí a Picasso en el año 32, fuimos amigos rápidamente. Pero en 1937, fui a París a organizar un congreso de escritores...