Doctor Carlos

RELACIONES IGLESIA-ESTADO:
DISCURSO DEL CARDENAL ROUCO


















Cristianismo y ética social de la Iglesia
Manuel González-Gordon Luque1ºe-3 B
Introducción. La relación Iglesia y Estado: una cuestión siempre viva.
Todos de forma inherente nacemos con una serie de aptitudes o caracteristicas comunes: la dimensión religiosa,; y la dimensión social. Así, las relaciones entre “religión” y “sociedad” constituyen una constante inevitablea lo largo de la historia universal. Estas dos varian según las épocas, destacando el giro radical que dio Jesús de Nazaret cuando, en referencia a los tributos, dijo: “Dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”. Así, se rechaza y se supera el modelo hasta entonces planteado en el que lo “religioso” es absorbido por lo “político” o viceversa. Este monismo se mantiene igual en elpresente en aquellos Estados de raíces y tradición no cristianas. Es evidente que el planteamiento cristiano de la relación religión-política no solo afecta al mundo occidental, sino que se ha convertido en la práctica moderna y contemporánea.

La perspectiva jurídica.

Ya en el primer milenio de la historia cristiana, la solución al problema de las relaciones Iglesia-Estado se encuentran enel Derecho. La principal doctrina que dominó toda Europa en aquel omento, y cuyas repercusiones llegan hasta nuestros días, es la planteada por el Papa Gelasio en 494, dirigiéndose al Emperador Anastasio de Bizancio: “Dos son los poderes por los que se rige el mundo: el de los obispos y el de los reyes, siendo mayor el de los obispos, pues ellos tienen que dar cuenta ante el tribunal de Dios detodos los hombres, incluso de los reyes.” Lo que trataba de hacer el Papa Gelasio era salvaguardar la libertad de la Iglesia universal frente al intento de convertirla en una Iglesia estatal, sometida el Imperio y al Emperador, quien pretendía dominarla mediante unos métodos de ejercicio del poder político llamados “Cesaropapismo”.
La fórmula del Papa Gelasio consiste en discernir materias propiasde la autoridad eclesial y de la autoridad política. Esto marcaría el desarrollo del futuro problema en la Edad Media: en caso de discrepancia entre un poder y otro, ¿quién tiene la definitiva y última palabra? Esta disputa enfrentará a juristas y teólogos durante la Edad Media hasta el Renacimiento, con la aparición del Estado nacional y soberano.
Al aparecer el Estado Moderno, el Rey seconsidera soberano absoluto de su territorio en virtud de una legitimación teológica. Esto conlleva la pretensión de estos de controlar la influencia de la Iglesia, así como los territorios propios de la comunidad eclesial: se limitan los clásicos privilegios del clero, se hace el Rey con el derecho de presentación de los candidatos a oficios eclesiásticos… Aparecerán conflictos con la Santa Sede entodos los Estados católicos, solucionados mediante la vía de la negociación bilateral, es decir, el pacto entre ambas potestades. En este marco, lo más importante para los teólogos era mantener la superioridad indiscutible de la potestad eclesiástica en el campo propio de la vida y de la misión de la Iglesia, es decir, que no podía ser discutida la supremacía de la Iglesia en lo relacionado con laLey de Dios y la salvación de almas. Sin embargo, la concepción absolutista del poder político y de sus titulares aspira a convertir a la Iglesia en una “Iglesia nacional”, propia de cada territorio. España no cae en este mencionado exceso regalista.
A finales del siglo XVII, el Estado monárquico tradicional entra en un período de crisis, pues se reconoce que la soberanía es un...