Doctor

Alexandra

Por:


Gísella Quiñónez

A tío Walter
De los pocos hombres que me motiva a seguir con mis sueños.

Capítulo 1
Y, ¿qué gano con dos cigarros en mano? – No gano. Pierdo veintidós minutos de mi vida.- Me decía esto una y otra vez mientras, estaba sentada en el jardín viendo hacia las estrellas.
Tras tanto caos y problemas, mi única paz se encontraba en el par de MarlboroGold que quedaban intactos en mi bolsillo. Cogí el encendedor y encendí una pequeña llama en el primero, inhale.
Tantas cosas que superar, tantas cosas que enfrentar y tantas otras que mejorar, solo de pensarlo me abrumaban, exhale. Vi como el color del cielo de noche era idéntico al de mis uñas pintadas, negro, no sé por qué pero pensé en mi alma y en el alma de todos los demás humanos, inhale.Es curioso cómo nos gusta quedarnos sentados esperando a que pase algo, en vez de pararnos y hacer algo.
He visto tanta destrucción, tanta decepción, tanto odio, tantas cosas negativas, todo sin solución, compasión, apoyo, solo la ilusión de que las cosas mágicamente se arreglen, tristemente así es la sociedad.
Sentía la fría y húmeda brisa pasar por mi piel, poniéndola un poco erizada, así comode gallina, mi cabello se atarantaba más de lo normal, bailaba y luego se enredaba al paso del viento, inhale más fuerte esta vez, tiré la cabeza para atrás, exhale. Veía como el humo se desvanecía y se hacía uno con el aire, mientras este volvía a pasar por mi cuerpo, la brisa con el leve olor de tabaco, el cigarro se iba acabando poco a poco.
Volví a ver al cielo, la luna resplandeciendo desdelo más alto del cielo. Revise mis bolsillos y ahí quedaba el ultimo cigarro, lo encendí, inhale.
¿Cuánto miedo existe, cuánta inseguridad habita en este mundo? ¿Cuánta hipocresía y desconsideración? – No tengo ni la más mínima idea de por qué tantas preguntas sin respuesta habitaban en mi mente, por qué tantos pensamientos redundantes con el intento de filosofar pasaban por mi cabeza.
Odiabacuando no podía dormir, lo cual era en la mayor parte de mis días, esto de salir al jardín a deshacerme los pulmones se estaba convirtiendo en rutina, yo odio las rutinas.
Vi lo que quedaba del cigarro entre mis dedos y decidí tirarlo, respire profundo y me levanté, me sentía más relajada, el sueño ya se apoderaba de mi finalmente, entré a la casa, vi como mi perro esperaba pacientemente hastaque terminara, subí las escaleras hasta llegar a mi habitación, me acomodé en mi cama y quedé profundamente dormida.
Mi ciclo del sueño es tan irregular, comencé a soñar, primero estaba leyendo tranquilamente, luego estaba en el jardín jugando con mi perro, varias escenas agradables aparecieron aleatoriamente, después todo era de noche, una noche fría, por algún motivo estaba caminando en la calle,la gente usaba máscaras, y ropa negra que solo hacía que todo se viera como una sombra más; trataba de correr y huir de ellos, llegar a algo realista y cómodo.
Mientras más corría, más cerca estaba de escapar, ya había visto mi casa, con Maxwell esperándome pacientemente desde la ventana, luego la casa se derrumbó, aplastada por una ola gigante, no paraba de correr. Grité miles de veces pensandoque así todo iba a parar, no podía parar de correr, mis piernas no se coordinaban con mi cerebro y sus instrucciones… Después del impacto de la ola ya no corría sobre el asfalto, corría con agua hasta el nivel de mis rodillas, tratando de detenerme, pero seguía sin parar.
Estaba tan cansada, caí, y la corriente me arrastró.
Llegué a un tipo de cascada, trate de reaccionar, simplemente seguíasin poder conectar mi cuerpo con las instrucciones del cerebro, caí desde la cascada, una enorme cascada que parecía no tener fin, todo se hundía, todo se desvanecía.
Trate de mover mis brazos, pero como siempre, mis esfuerzos no servían de nada. Seguía cayendo desde lo más alto, sintiendo como la fricción del aire me empujaba hasta lo más bajo de ese intento de acantilado, estaba en ese estado...