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Pero ¿por qué seré así? Pierdo el control. No sé estar solo. Necesito... ni yo mismo sé qué necesito. ¡Qué rabia! Menos mal que tengo un iPod. Y es que si resulta que sabes que te esperaun día con sabor a asfalto polvoriento en el instituto y luego un túnel de aburrimiento entre deberes, padres y perro y vuelta a empezar, hasta que la muerte os separe, lo único que puede salvarte esla oportuna columna sonora. Te encasquetas unos cascos en las orejas y entras en otra dimensión. Entras en la emoción del color oportuno. Si necesito enamorarme: rock melódico. Si necesito cargarme laspilas: metal duro y puro. Si necesito ponerme marchoso: rap y otras crudezas, sobre todo tacos. Así no me quedo solo: blanco.
Alguien me hace compañía y le da calor al día.
No es que estéaburrido. Porque tengo mil proyectos, diez mil deseos, un millón de sueños que cumplir, mil millones de cosas que empezar. Pero luego no puedo empezar ni una sola, porque a nadie le interesa. Entonces medigo: Leo, ¿quién cono te manda hacer nada? Déjalo, disfruta de lo que tienes.
No hay más que una vida y cuando se vuelve blanca lo mejor para darle color es mi ordenador: siempre encuentro a alguien...
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