Don Vicente Perez Rosales Y La Colonizacion Alemana

De la propaganda de Don Vicente a la exclusión de la colonización.

Por Angel Vargas Olavarría.

Son las tres de la tarde en este Puerto Montt gris de invierno casi permanente, clima riguroso de persistente y copiosa lluvia. A un costado de la plaza de armas de esta ciudad observo un singular y solitario monumento. Aquella imagen silente e inamovible representa la llegada de los primeroscolonos alemanes llegados a esta zona a mediados del siglo XIX. Es claramente un sentido homenaje a aquellas primeras 200 familias germanas que simbolizan de algún modo el esfuerzo y empuje en el proceso colonizador de estas tierras
En general cuando se decide levantar un monumento, se pretende que se recuerde a alguna o muchas personas que realizaron una elogiable labor en una vida que ya concluyó,o que así mismo se refuerce una idea intrínseca que deberíamos de tener activa permanentemente, como el concepto de patria o como el de nuestra bandera nacional. En definitiva es el intento de escribir en piedra la historia, aquella que el monumento representa.
En este sentido la reducida historiografía local de mediados del siglo XIX apunta básicamente a aquello que tan singular y solitariomonumento representa. ¿Qué validez y de donde procede aquella hipótesis que manifiesta un claro encomio a aquellas familias europeas que decidieron hace más de 160 años dejar su precario dominio para aventurarse a tan lejanas tierras? ¿Cuáles fueron las causas que provocaron que estos inmigrantes decidieran aventurarse a tan lejanos territorios de los confines del mundo? El tan preciado crecimientoeconómico y establecimiento definitivo de lo que ayer se conocía como Melipulli, ¿es solo obra de aquellos inmigrantes europeos?
Don Vicente Pérez Rosales, funcionario público, “agente colonizador” designado por el gobierno conservador del Presidente Manuel Montt para distribuir las tierras y bienes a los inmigrantes, es el primero en dejar constancia a través de sus memorias de tales hechos.“La profunda impresión que causan los adelantos de la colonia de Llanquihue i el vivo recuerdo de lo que ella fue en sus primeros pasos, transportan sin esfuerzo la imaginación al prospero porvenir que aguarda a tan útil y patriótico establecimiento.
En efecto, quien vio aquello i ve lo que ahora es; quien ve planteles i sembrados, en la mansión eterna de las selvas cuyos sombríos troncosdisputaban, no ha mucho, con sus raíces enlazadas, el fangoso asiento que les sustentaba; quien ve bonitas casas i jardines; quien ve fabricas, artefactos i comercio donde ayer ni las aves encontraban suelo en que posarse; lugar en donde según el decir de sabios viajeros no era posible que el hombre civilizado pudiera asentar pie, no les es dado dejar un solo instante de clamar prosecución incesante deplantar en nuestros desiertos colonias extranjeras, llamando a ellas nuevos emigrados aunque sea con notables sacrificios por parte del estado”.
Así, de esta forma comienza Don Vicente Pérez Rosales con la descripción de lo que alguna vez fueron estos territorios en comparación con lo que 28 años después, a raíz de la “inmigración extranjera” terminan siendo. Aquello demuestra una descomunaldiferencia ante la analogía entre el antes y el después realizada por el autor. Sin embargo cabe recordar que don Vicente en el año 1855 partió hacia Europa con los títulos de Agente de Colonización y Cónsul de Chile en Hamburgo, con la clara misión de popularizar a Chile en un mundo donde apenas su nombre era conocido. El objetivo final era convencer al proletario alemán dispuesto a emigrar. ¿Acaso laintroducción de aquel ensayo, no resulta más un panfleto persuasivo que un análisis profundo del incipiente territorio desconocido para los potenciales inmigrantes?
Por otro lado Don Vicente deja de manifiesto que la tarea colonizadora en los inhóspitos territorios del sur tiene gran merito el estado Chileno. Esto en clara adulación dirigida en principio a la presidencia del General Bulnes y...