Doris
Sin importar las innovaciones en el constitucionalismo peruano, laConstitución de 1979 significó para el Perú miseria, desempleo y subempleo, corrupción gubernamental, prepotencia política, informalidad, violación de los derechos humanos, demagogia e ineficacia estatal. Nuncaantes ni después hubo en el país tanto divorcio entre la norma constitucional y la realidad.
Por eso la mayoría de peruanos se sintió aliviados cuando esta Carta Magna de fantasía fue tirada altacho de la basura tras el golpe de estado del 5 de abril de 1992.
En el APRA, Acción Popular y la izquierda radical se han dicho por años toda clase de excusas absurdas para justificar el retornoa la Constitución de 1979: por el país, por “obligación moral”, por Víctor Raúl Haya de la Torre, ¡por la juventud!, etc. Ahora el Partido Nacionalista se sube a ese coche con el demagógico pretextoque lo hacen “por el pueblo”.
Que digan lo que quieran, pero el único fin de todos ellos es reabrir la puerta a controles de precios, control de cambios, planificación económica, nacionalizacionesy demás medidas económicas con etiqueta de “interés social” que tanto daño hicieron al país durante las décadas los “derechos laborales” que acabarán con la generación de empleo, la eliminación delos contratos de estabilidad jurídica y renegociación de las concesiones en servicios públicos, infraestructura y explotación de recursos naturales que alejarán la inversión privada y la mayor...
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