EDIPO REY
Luis Valbuena. Club de Lectura de los Lunes. Biblioteca González Garcés
La Coruña 15 Septiembre 2011
Cuando el pensamiento absurdo termina por reconocerse,
no hay salida, se está ante el abismo, o ante la divinidad. Albert Camus
INTRODUCCIÓN.
La personalidad de Albert Camus suele interesar a los lectores, más allá
del valor literario de sus obras. Nos sentimos impresionados por su
trayectoria vital, que partiendo de unos orígenes humildes llega a la cima
del reconocimiento mundial. También es admirable la honestidad en su
constante búsqueda intelectual, construyendo a lo largo de su obra un
sistema éticofilosófico que podría ser calificado de "Humanismo Laico".
No obstante, la postura de Camus en la sociedad no es la de un observador
distanciado y teórico, sino más bien la de un hombre comprometido que
llega a ponerse en peligro por defender sus principios. Su muerte, trágica y
temprana, con el premio Nobel recién conquistado, ha contribuido aun más
a forjar la imagen de un mito.
EL EXTRANJERO.
Para comprender la atmósfera general, un tanto opresiva y desesperanzada
que planea sobre este texto, conviene tener en cuenta algunas
circunstancias que concurrieron en su creación.
Camus terminó de escribir “El Extranjero” en Mayo de 1940 y lo publicó
en el 42. Europa se encontraba en plena Guerra Mundial y la situación no
invitaba al optimismo.
Por otra parte, el propio autor empezó a trabajar en la idea de la novela
durante una estancia en un sanatorio de los Alpes, mientras se recuperaba
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de una nueva recaída de la tuberculosis que le acompañó desde la juventud.
Podemos pensar que su estado de salud, muy preocupante en ese momento,
debió colorear de algún modo su producción literaria.
Finalmente, y no menos importante, “El Extranjero”, compone junto con
sus otras obras: el “Mito de Sísifo” y “Calígula”, la explicación en forma de
novela, ensayo y obra teatral del pensamiento filosófico de Camus, conocido como “La filosofía del Absurdo”.
Este es el mar de fondo en el que se origina la novela (la primera del autor)
que emerge a la superficie con los deslumbrantes destellos de una obra
genial.
Se trata de una novela no muy extensa (el propio Camus la considera una
narración), de fácil lectura, desprovista de todo ornamento, con frases
cortas y precisas, casi sin adjetivos.
Vargas Llosa, comentando el libro en un ensayo sobre literatura dice:
“Uno de los grandes méritos del Extranjero es la economía de su prosa. Se dijo de ella,
cuando el libro apareció, que emulaba en su limpieza y brevedad a la de Hemingway.
Pero esta es mucho más premeditada e intelectual que la del norteamericano. Es tan clara y precisa que no parece escrita, sino dicha, o todavía mejor, oída”
.
La novela, narrada en primera persona, hace desaparecer al autor en la
lejanía, quedando solamente ante nuestros ojos un Meursault, tan directo,
simple y transparente como la prosa que le da vida. El relato discurre plano
y sin estridencias, no importa que se narre un asesinato, o una condena a
muerte. Se empareja con el estado anímico del protagonista que muestra
siempre una indiferencia total.
En este caso el estilo, la forma, es una pieza esencial en la historia,
contribuyendo muy eficazmente a crear la peculiar atmósfera de la novela.
Primera interpretación
Meursault vive una vida monótona y sin sentido y como los héroes de las
novelas ...
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