El alma de la toga

Se podría presumir que no solo el egresado de la carrera de derecho es abogado, si no todas las personas, ya que la palabra proviene del latín advocatus, que significa “llamado de auxilio”. Alestudioso en leyes se le piden consejos jurídicos, pero el llamado de auxilio no siempre es en materia legal. Cuantos de nosotros no tenemos amigos a los cuales nos acercamos pidiendo consejos, que nosguíen por el buen camino, que nos ayuden cuando creemos que todo nos sale mal, y así, en muchas experiencias de la vida, donde no se necesita una licenciatura para aconsejar en lo que esta correcto oincorrecto, simplemente hacemos uso del alma, la razón y el sentido común. Es aquí el punto interesante, recalcado incontables veces en el libro de Ángel Ossorio, “El alma de la toga”, que muy acertadoafirma que la abogacía no es como las demás profesiones, por que se debe utilizar el alma, velando por los intereses del derecho que siempre busca la justicia, y no por los del abogado o su cliente,antes que las leyes o el conocimiento adquirido en el estudio, se debe ser ético, determinar lo que se es bueno y partiendo de ello, actuar.

Rechazar todo caso que no sea correcto, es el principioque todo abogado debemos tener. Al presentarse algún cliente, antes de aceptar el trabajo tenemos que dejarnos guiar por la sensación que tengamos ante dicha situación, esta sensación es de justicia,ya que como todo buen profesional en nuestra materia es importante tener limpia nuestra conciencia. Me gustaría resaltar lo dicho por Angel Ossorio, ya que es muy cierto que a los abogados se lescalifica de mañosos, tramposos y un sin fin de adjetivos que los denigran, muchas veces he escuchado decir que un abogado es la persona que tiene la facilidad de “hacer ver lo blanco negro”, y el autorniega tal aberración afirmando que “el abogado esta para que lo blanco deslumbre como blanco y lo negro se entenebrezca como negro”, siempre en búsqueda de la verdad, pues esa es nuestra labor....