El Arte De Educar

EL ARTE DE EDUCAR
Miguel Mansur K.
I
El título de la charla que me toca iniciar tiene todo el encanto de una promesa y como suele suceder, va a tener toda la desilusión de lo que no se cumple.
Creo que, de suyo como buen arte, el de la educación está sujeto a las peculiaridades del maestro frente a lo que son en realidad sus propios alumnos.
Yo creo que muchas veces el maestro resulta unhéroe grotesco cuando pretende lograr más de lo que realmente puede hacer, y muchas veces el alumno resulta una víctima cuando el maestro piensa exigirle lo que, en un ideal utópico, sería de exigir a un alumno quizás jamás ha existido y en ningún lugar del mundo se da.
Tener que conocer a los alumnos, junto a tener que conocerse a uno mismo, me parece a mí que es el principio de un proceso deeducación.
Muchas veces, uno como Maestro, ante la variedad de sus alumnos, suele hacer una selección, escoge los más afines y los que más le gustan, y dirige la clase al reducido número de sus entrañables admiradores, o de sus alumnos afines. El resto de los alumnos queda, tranquilamente, sin ninguna atención.
De aquí que la primera preocupación de un maestro debe ser justamente atender a losalumnos menos afines a uno, porque lo afines se cuidan solos. Esta labor, además de ser altamente gratificante desde un punto de vista espiritual, creo que es lo único que puede impedir que esos alumnos tan largamente abandonados terminen por ahocar a los maestros.
Muchos maestros revelan esas preferencias incluso en sus gestos, porque nada más ven hacia un cierto número de alumnos, ellos son losdestinatarios reales de su clase. El maestro tiene que acostumbrarse a tener visión panorámica, a dirigir la palabra a todos los alumnos, a los de atrás, a los de en medio, a los de adelante, y tiene que acostumbrarse a preguntar a los de atrás, a los de en medio y a los de adelante, y tiene que soportar las preguntas que generalmente le hacen los que están atrás, o que, quizá dan la impresiónde ser los de más atrás, porque son los únicos que preguntan. El maestro debe tener pues una relación personal, tanto física como psíquicamente hablando, con todos los alumnos. Todos son sus alumnos.
Y est5e “todos son sus alumnos” significa que se ha de tener la disposición de hacer que todos los alumnos pasen de año. Existen algunas tablas o gráficas de calificaciones según las cualessiempre ha de haber un cierto número de reprobados. Este fatalismo con respecto a la calificación no deja de ser profundamente antipático. Hacer del salón de clase un sistema taylorizado (en que se califica a los alumnos de máximo rendimiento con diez, y a los de mínimo rendimiento con calificación reprobatoria), puede ser muy bueno, quizá en un sistema de producción en serie y de premios, Stalínal trabajo. Pero yo no creo que éste deba ser el sistema de clases. Yo creo que la aspiración de los maestros debe ser que todos sus alumnos saquen diez. Y desde este punto de vista tendría que colocarse el maestro en relación con sus alumnos.
Yo creo que muchos de los problemas que tiene el maestro consisten en que le falta a uno esta primordial buena voluntad con respecto a los alumnos.Muchas veces se tiene el deseo inconsciente de manifestar la propia grandeza reduciendo a los alumnos. La afición de ser alto a base de disminuir a todo el mundo es un vicio del que no están exentos los maestros. “Yo soy grande porque tú eres bajo” Esto, a mi modo de ver señala otras de las necesidades que hay con relación a los maestros.
II
La función de todo maestro, decía Nietzsche, esvolverse inútil.
Hay pocos trabajos, en este sentido, con una condición más efímera. El maestro, a mi modo de ver, debería adquirir la psicología de andén, y no la psicología de residencia palaciega. La psicología del andén significa estar de antemano dispuesto a amar a todo el mundo, pero para despedirlo, a diferencia de la psicología de residencia palaciega, que es tener relaciones con los...