El Arte Mudéjar En República Dominicana

Jean Claude Nicolas Forestier y su obra en La Habana, 1925-1930.

El 16 de enero de 1928 se abrió en La Habana la sexta Conferencia Internacional Americana en presencia del presidente norteamericano Calvin Coolidge y de 21 jefes de estado latinoamericanos. En un período de 40 días, el presidente Gerardo Machado y el ministro de obras Públicas, doctor Carlos Miguel de Céspedes, inauguraron unbuen número de espacios públicos que constituían la primera fase del proyecto de transformación de la imagen de la ciudad colonial en una versión metropolitana, más acorde a los ideales de la República. A la cabeza del equipo franco-cubano de arquitectos, ingenieros y artistas, estaba el paisajista y urbanista francés Jean Claude Nicolas Forestier, que marcó su impronta en el programa con la Plazade la Fraternidad, la explanada de la Avenida de las Misiones, la extensión del Malecón, la Plaza del Maine y la gran escalinata de la Universidad. El Capitolio, diseñado para albergar la conferencia, permaneció inacabado, aunque la estructura metálica de su cúpula dominaba sobre el nuevo parque de la Fraternidad Americana, construido en el emplazamiento del antiguo Campo de Marte. Forestier y suequipo cercaron el árbol conmemorativo de la Fraternidad Americana, con una magnífica reja circular de bronce elevada por escalones y decorada y decorada con los escudos de los países miembros de la fraternidad.
Esta original fusión de naturaleza, ciudad y arquitectura aparece en el vecino Parque Central, ideado por Forestier más tarde como foro de la República, donde las columnas vegetales de laspalmas reales evocan los pórticos de La ciudad de las columnas. Esta misma visión, aunque con más intensidad fue lo que motivó a Forestier en su reconstrucción del Paseo del Prado. Bajo una bóveda de laureles, el paseo se convirtió en una alameda arquitectónica, una rambla caribeña, que articulaba visualmente dos monumentos principales que culminaban las perspectivas hacia el mar y la ciudad: lafortaleza del Morro y el Capitolio respectivamente. Se elevó el paseo, se pavimentó y se flanqueó con bancos de piedra de coral que sustentaban farolas de bronce; de este modo, el arquitecto cubano Raúl Otero y Forestier dieron a la avenida un carácter minera que, como una excrescencia del suelo, rememoraba los orígenes geológicos de la isla.
Forestier realizó tres viajes a La Habana entre 1925 y1930. Trabajó con rapidez e intensidad: se rodeó de un brillante equipo de jóvenes profesionales franceses, muchos de ellos ganadores del Grand Prix de Roma, y de los mejores talentos de la isla. Tampoco dudó en integrar en su propio plan las ideas aportadas por sus ayudantes para la transformación de la ciudad. Como Le Cobusier, voló en avión sobre la ciudad y sus entornos para comprender sutamaño y su paisaje, extrapoló y puso en marcha, a escala metropolitana, su teoría de “la ciencia de los jardines al servicio del arte cubano”1 que había desarrollado antes en jardines privados y públicos de Francia, España, Marruecos y Argentina. En un artículo publicado en la revista Urbanisme en 1952, Henri Prost, el urbanista francés más importante de la primera mitad del siglo XX, escribía sobreForestier:
“Su secreto era crear en la naturaleza, concebir ideas en la misma tierra. Se comprende toda la fuerza de este hombre al verle sobre el terreno: antes de imaginar y trazar, recorría, olía todo, y ya en su imaginación en las grandes líneas de la reforma o de la nueva creación atravesaban el paisaje.”
Las primeras transformaciones urbanas “modernas” fueron obra de Miguel Tacón(1834-1838). Este gobernante colonial es, junto a Gerardo Machado, casi un siglo más tarde, el artífice de las grandes y decisivas reformas en la zona central de La Habana.
Al final del siglo XVIII, y tras la construcción del Paseo del Prado, las murallas habían perdido su importancia estratégica y el terreno militar no destinado a edificación que estaba enfrente había quedado reducido a una línea de...