El avaro
HARPAGÓN, padre de Cleanto y de Elisa y enamorado de Mariana
LUIS MIGUEL GONZALES
CLEANTO, hijo de Harpagón, amante de Mariana
WILSER
ELISA, hija de Harpagón, amante de Valerio
JESENIA
VALERIO, hijo de Anselmo y amante de Elisa
MIGUEL ANGEL DEL CASTILLO
MARIANA, amante de Cleanto y amada por Harpagón
MELIDA SHICA
ANSELMO, padre de Valerio y de MarianaDIEGO PINEDO
FROSINA, mujer intrigante
MACAHUACHI
MAESE SIMÓN, corredor
CARLOS ENRIQUE
MAESE SANTIAGO, cocinero y cochero de Harpagón
JEAN CARLOS
FLECHA, criado de Cleanto
CRISTIAN
MIAJAVENA y MERLUZA, lacayos de Harpagón
JEAN CARLOS
EL COMISARIO y su ESCRIBIENTE
LUIS FERNANDO
La escena en París, en casa de Harpagón
ACTO PRIMERO
ESCENA PRIMERA: VALERIO y ELISAVALERIO. ¡Cómo, encantadora Elisa, te sientes triste por haberme dado tu amor, ¿te lamentas de haberme hecho dichoso? ¿Te arrepientes de la promesa que nos hicimos?¿crees que te he obligado?
ELISA. No, Valerio; no puedo arrepentirme de todo cuanto hago por ti. Más tengo miedo de amarte más de lo debido.
VALERIO. ¡Eh! ¿Cuál es el temor, Elisa, lo buena que has sido conmigo?
ELISA. ¡Ah! Son muchascosas al mismo tiempo; la ira de un padre, los reproches de una familia, las censuras del mundo; pero más que nada, Valerio, que cambies tu corazón y esa frialdad criminal con la que los de tu sexo nos pagan.
VALERIO. ¡Ah, no me juzgues por los demás! Te amo demasiado para eso, y mi amor por ti durara tanto como vida.
ELISA. ¡AH, Valerio! ¡Todos dicen lo mismo! Pero sus acciones son diferentes.VALERIO. Ah, quieres pruebas antes de juzgarme, dame un tiempo y te voy a convencer de la sinceridad de mi pasión.
ELISA. ¡Ay! ¡Con qué facilidad se deja una persuadir por las personas a quienes ama! Sí, Valerio; te creo incapaz de engañarme, creo que me amas de verdad y no quiero dudarlo de ningún modo perdón por mi temor y mi desconfianza.
VALERIO. Entonces ¿A qué viene esa inquietud?ELISA. No tendría nada que temer si todo el mundo te viera con los ojos con que te miro; y por tu amor y corazón hago las cosas que hago, que por eso olvido padres, olvido patria y me detengo en tu mirada, olvido el puesto de criado de mi padre que tienes y todo esto produce en mi un efecto maravilloso.
VALERIO. De todo lo que has dicho, luchare, solo por tu amor que pretendo merecer y en cuanto alos escrúpulos que sientes por tu padre te doy la razón, su excesiva avaricia y el modo austero de vivir con sus hijos podrían autorizar cosas más extrañas. Perdóname, encantadora Elisa, si hablo así. Iré l encuentro de mis padres.
ELISA. ¡Ah, Valerio! No te muevas de aquí, te pido, concentrémonos en el ánimo de mí padre.
VALERIO. Te has dado cuenta como las ingenio y como he tenido que complacera tu padre para introducirme en su servidumbre; bajo qué máscara de simpatía y de sentimientos adecuados me disfrazo para agradarle, y qué personaje represento a diario con él a fin de lograr su afecto. Hago en ello progresos admirables, y veo que, para conquistar a los hombres, no hay mejor camino que adornarse, a sus ojos, con sus inclinaciones, convenir en sus máximas, ensalzar sus defectos yaplaudir cuanto hacen. No es culpa de los que adulan, sino de los que quieren ser adulados.
ELISA. Pero ¿por qué no intentas conseguir también el apoyo de mi hermano, en caso de que a la sirvienta se le ocurriera revelar nuestro secreto?
VALERIO. No se puede contentar a uno y a otro;tu padre y tu hermano son tan opuestos, pero tú puedes influir en tu hermano trata de ponerle de nuestra parte.Aquí viene. Me retiro. Aprovecha este tiempo en hablarle, y no le digas nada hasta que sea oportuno.
ELISA. No sé si tendré fuerzas para hacerle esa confesión.
ESCENA II: CLEANTO y ELISA
CLEANTO. Qué bueno que te encuentro sola, hermana mía, quiero contarte un secreto.
ELISA. Te escucho, hermano. ¿Qué tienes que decirme?
CLEANTO. Muchas cosas, hermana mía, envueltas en una palabra:...
Regístrate para leer el documento completo.