El cerebro humano
*
El cerebro humano es la estructura más compleja de la evolución, es la exceltitud de ese proceso evolutivo, el fénix de la naturaleza en su continuum cósmico y a su vez el más social de nuestros órganos. En esa eternidad de tiempo, lo biológico y social produjeron la compleja conducta humana, en ese arco iris que va de lo divino, la bondad, a lo diabólico, la maldad. Creación de él han sido, en su desarrollo sociohistórico milenario, la avaricia y la codicia, entre otros; en nuestros predecesores, no había espacio para estas características. Un inmenso estruendo oscureció el planeta, había caído un enorme meteorito en nuestro cercano y bello Caribe, ahogados habían muerto por el polvo, en ese devastador impacto, dicen unos; otros la explosión de una supernova cercana enmudeció la vida, partículas de alta energía cayeron sobre nuestro planeta, dicen que fueron las primeras víctimas de la destrucción de la capa de ozono, una radiación letal acabó con ellos; otros agregan, la extinción de una planta laxante hizo que fenecieran de estreñimiento, con hilaridad algunos la aceptan; los astutos pequeños mamíferos se comían en las noches los huevos que durante el día habían puesto con dificultad, agregaron otros; grandes cambios climáticos sucedidos hace alrededor de 80 millones de años hicieron que de la cálida línea ecuatorial, su morada continental, migrara al norte donde el frió y los cambios en la flora los hizo perecer, la más verosímil de todas: Los dinosaurios habían lentamente desaparecido, dejándonos como descendientes el majestuoso y envidiable vuelo de las gaviotas. "Hace 180 millones años, esos animales del tamaño de ratas eran los únicos supervivientes de la hasta entonces poderosa tribu de los Terápsidos, esas furtivas criaturas, parecidas a las ratas, ya no eran reptiles con rasgos de mamífero, sino los primeros auténticos mamíferos. Eran pequeños, pero la semilla de la grandeza estaba en ellos.'' (Robert Jastrow. El Telar Mágico) Sí, de las ratas venimos camino hacia la divinidad, si no destruimos antes la hélice que nos dio origen, el ADN, dentro de la evolución de la naturaleza En lo más profundo del cerebro humano está la violencia, la agresividad, el instinto, también la bondad así como el majestuoso vuelo de la gaviota. Pero no estaba la maldad, ni la avaricia, tampoco la codicia; éstas se desarrollaron en su devenir sociohistórico, social e individual.
*
Profesor de las Escuelas de Medicina y Psicología de la Universidad de Costa Rica.
En los 1600, el Padre Vanni en Toulouse había sido llevado a la hoguera por haberse atrevido a decir que el ser humano provenía del mono. También Giordano Bruno sucumbió a la intolerancia, al defender valientemente con su vida, su verdad cósmica. Dos siglos después, en 1809, Lamarck, con Justeza el padre de la evolución, en su Filosofía Zoológica, escribió: "a través de generaciones una raza de cuadrumanos se transformó en bimanos"; Huxiey y Darwin concretaron nuestro parentezco, no tan lejano, con los primates. Todavía hoy, la idea, en algunas latitudes, produce miedo y se habla con prudencia de nuestros ancestros comunes. Haeckel, contemporáneo de Darwin, tan importante como él en el origen de ideas transformadoras del pensamiento humano, había comprendido la relación entre la evolución de los organismos (filogenia) y el desarrollo embrionario (ontogenia), "la conexión entre las dos no es superficial, sino profunda, intrínseca y causal". Una es la causa de la otra, había escrito. Sus ideas dieron paso a la genética molecular, en su conexión entre desarrollo y evolución. La expresión de los genes en el curso de la ontogenia, en plena ...
Regístrate para leer el documento completo.