El consumo colaborativo

La situación de mercado, la coyuntura económica y el uso de Internet han sido algunos de los aspectos fundamentales para que empiecen a asomar atisbos de lo que, puede ser, un cambio en nuestroshábitos de consumo.
Siendo como somos un país donde la posesión de las cosas está tan arraigada, parece complicado un cambio en ese patrón de conducta. Sin embargo, poco a poco, intuimos cierto trasvasede la predilección por poseer a la de compartir o alquilar. Y es que, por qué comprar un CD cuando por la mitad de lo que cuesta éste, dispongo durante un mes de un amplísimo repertorio musicalen Spotify? O por qué comprar juguetes que nuestros hijos únicamente utilizarán unos días, si puedo intercambiar los que ya tengo a través de Thredup  o La noche de los niños. Lo mismo ocurre con elautomóvil; Zipcar o Streetcar, con las casas; Homeexchange o con los libros; Bookmooch por citar sólo algunos ejemplos. Vivimos, por lo tanto, un paulatino desinterés por el producto en sí, realzando el valorde lo que ese producto nos otorga. Primamos el usufructo, el disfrute y no la propiedad, permitiéndonos cubrir un abanico de posibilidades mucho más amplio. Mutamos del “tener” al “utilizar”, del“comprar”, al “disfrutar”, mutación al que las compañías tendrán que adaptarse y encontrar la fórmula que les permita retener al cliente que antes quería tener o comprar y que ahora prefiere utilizar ydisfrutar. Cómo actuarán entonces las marcas ante esta tendencia? Si consumidores que antes compraban sus productos, ahora anteponen el compromiso con el medioambiente y por consiguiente, optan por escogeruna manera de consumir más altruista, qué parcelas le quedan a las marcas para seguir creciendo? Este modelo afectará a la cuenta de explotación de las empresas o será una oportunidad de negocio?Frenará el consumo o simplemente supondrá un giro como tantos otros? Seguramente todas estas dudas quedarán resueltas en poco tiempo, tan pronto como esta tendencia se afiance y lo que ahora es...