el cuerpo del consumidor
La sociedad posmoderna considera a sus miembros primordialmente en calidad de consumidores, no de productores. Esa diferencia es esencial. La vida organizada en tornodel rol del productor tiende a estar regulada normativamente. Hay un piso de lo que uno necesita para seguir con vida y ser capaz de hacer lo que exige el rol de productor, pero también un techo de loque se puede soñar, desear o procurar contando con la aprobación social de las propias ambiciones, es decir, sin temor de ser rechazado, reprendido y castigado. Todo lo que se encuentra por encima deese límite es un lujo, y desear el lujo es pecado. La principal preocupación, entonces, es la de conformidad: establecerse de manera segura entre la línea del piso y la del techo.
Por el contrario, lavida organizada en torno del consumo debe arreglárselas sin normas: está guiada por la seducción, por la aparición de deseos cada vez mayores y por los volátiles anhelos, y no por reglas normativas.La idea de “lujo” no tiene demasiado sentido, ya que el punto es convertir el lujo de hoy en la necesidad de mañana, y reducir al mínimo la distancia entre “hoy” y “mañana”- “lo quiero ya”-. Laprincipal preocupación, entonces, es la de adecuación “estar siempre listo”, tener la capacidad de aprovechar la oportunidad cuando se presenta, desarrollar nuevos deseos hechos a medida de las nuevas einesperadas atracciones, “estar más enterado” que antes, no permitir que las necesidades establecidas provoquen nuevas sensaciones redundantes o reducir la capacidad de absorberlas y experimentarlas.Perseguir el placer como principal objetivo de la vida, solo dar cuenta en el mejor de los casos de una parte de la verdad, la otra es que la compulsión a comprar convertida en acción es unaencarnizada lucha contra la aguda y angustiosa incertidumbre y contra el embrutecedor sentimiento de inseguridad. Desean por una vez, estar libres del temor a equivocarse, a ser desatentos o desprolijos. Y la...
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