El Estudiante Ejemplar
Estudiante
Ejemplar
Érase
una
vez
una
comarca
en
la
que
para
celebrar
la
finalización
de
un
período
escolar,
los
maestros
del
claustro
principal,
congregáronse
para
elegir
cuál
de
sus
pupilos
sería
el
honrado
con la
distinción
de
Estudiante
Ejemplar.
Todos
y
cada
uno
de
los
ilustres
participantes
de
la
elección,
hicieron uso
de
la
palabra
para
expresar
sus
criteriosos
argumentos
y
sus
postulados
a
tan
alta
dignidad.
Oyéronse
muchas razones,
interminables
halagos,
así
como
se
narraron
logros
insuperables,
de
los
elegibles.
En
el
calor
de
la discusión,
y
cuando
todos
parecían
rendirse
ante
la
incertidumbre
y
la
duda,
el
profesor
más
experimentado
-‐a
quién acudían
quienes
no
tenían
a
quién
acudir
en
caso
de
requerir
algo
de
apoyo-‐,
aprovechando
tal
vez,
el
momento
en
que
todos
parecían
tomar
aliento
para
reiniciar
el
alegato,
tomó
la
palabra
y
dijo
con
voz
pausada,
firme
y
sabia:
“Todos
vosotros
parecéis
estar
concentrados
en
el
día
de
hoy.
Ciertamente
el
presente
es
lo
único
real
que poseemos,
y
el
futuro
es
un
albur,
más
en
estos
casos
no
podemos
dejar
de
contemplar
hacia
atrás
y
...
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