El general de las galaxias

EL GENERAL DE LAS GALAXIAS
Historia Galáctica/1
Jean Mazarin

Título original: Le général des galaxies
Traducción: Juan José Galaxies
© 1977 by Jean Mazarin
© 1979 Nueva Situación S.A.
Pacarro 14 - Madrid
ISBN: 84-85483-06-8
Edición digital: Montenegro

TERRA ES IMPERARE ORBI UNIVERSO...
(Corresponde a la Tierra mandar en todo el Universo...)
Divisa en una antigualengua de la Tierra. Se trata, en realidad, de una
deformación de la divisa de un antiguo país terrestre llamado Austria,
que, en su dialecto, decía: "Alies Erdreich Ist Osterreich Untertan..."
(Comentarios del profesor Salweigh,
de la Universidad de Betelgeuse, abril de 2.910).

ARGUMENTO

A la muerte de Ling el Estéril, los hombres de la Tierra dejan de ocupar el tronodel imperio galáctico. Son los Arcturianos quienes ascienden a él. Pero el Ejercito, formado en su inmensa mayoría por terrícolas, no está demasiado de acuerdo.
Y los nuevos emperadores, convencidos de que su mayor enemigo es el conjunto de las Fuerzas Armadas, idea una forma para destruir su potencia.

Una forma brutal, sangrienta, que enfrenta a un padre con su hijo y que solo se evita con elsacrificio de los varones de una familia, que pertenecía a la casta de los guerreros desde setecientos años antes, desde el momento mismo en que los hombres de la Tierra se lanzaron a la conquista del Universo.

CAPÍTULO I

El mayor de los dos seres se llamaba Jasko. Era de raza negra, nativo del planeta Tierra. El otro, más curioso, era arcturiano. Los dos, expertos en radioactividad,formaban parte de un equipo explorador del "trust" Wedderson.
La expedición había sobrepasado el límite de seguridad de las Marcas del imperio galáctico. Estaban explorando entonces los primeros planetas del sistema de Alfa IV del Centauro en busca de nuevos yacimientos.
La nave espacial se había posado sobre uno de estos planetas, en el fondo de un pequeño valle recorrido por un río de lentos meandrosy, desde hacia unos quince días, los equipos de exploración llevaban sus reconocimientos cada vez más lejos del campo base.
Jasko y el arcturiano habían abandonado la base una semana antes a bordo de un VER todo terreno. Iban acompañados por cuatro androides que hacían, a la vez, de ayudantes y fuerza protectora.
Era pronto aún y los dos soles no habían surgido por encima de las colinas, por loque la temperatura se mantenía soportable. Sentado delante del vehículo de exploración que le servía de refugio durante la noche, el arcturiano examinaba atentamente las anotaciones efectuadas la víspera. Tenía un aire decepcionado y mostraba una mueca de hastío que hacía descender sus carrillos y enrojecer sus dos pequeños cuernos.
—¿Nada interesante? —le preguntó Jasko.
—Nada...
Elarcturiano señaló con gruesos trazos de rotulador las fotos tomadas desde el espacio y añadió:
—Hemos examinado ya trescientos kilómetros cuadrados sin encontrar el menor indicio, la menor traza positiva.
El terrícola se levantó, con su recipiente de café en la mano. Se acercó a su compañero y, por encima de su hombro, echó una ojeada a las fotografías.
—Aquí hay algo que no encaja —dijo—. Losdetectores de la astronave habían descubierto fuertes señales de radioactividad en este planeta, justo donde nos encontramos...
—A gran altura, los detectores resultan a veces afectaos por las tormentas cósmicas. Yo ya he visto algo parecido por la parte de Alfa VIII.
—¡Amos! ¡Amos...!
Los dos tascadores se volvieron. Uno de sus androides llegaba corriendo. Señalaba con un dedo la cima e la colina quese alzaba sobre el campamento.
—¡Amos. Estamos siendo atacados!
—¿Atacados?
—Sí, amos. Otros dos servidores han sido ya destruidos...
El terrícola no dudó ni un segundo. Gritó al androide:
—¡Riega esas colinas con el desintegrador!
—No puedo, amo... No puedo...
—Pero, ¿por qué?
El androide no tuvo ni siquiera tiempo de responder. Hubo una especie de relámpago blanquecino y el hombre...