el hilo rojo cuento



Capítulo I. “La adaptación”
Desperté en un lugar que no era mi hogar, era tal como me lo contaban mis amigos: un planeta frío, un planeta en donde no se sentía la alegría que sentía en el mío. Había árboles grandes, con hojas verdes, otros con hojas rosas que caían lentamente como plumas a la tierra que se encontraba debajo de ellas, el cielo estaba gris, parecía como si quisiera llover portanto que lo lastimaban, parecía como si estuviera enojado, se veían algunos rayos que mostraban su furia hacia la humanidad, no podía hacer nada al respecto, soy un humano ahora, pero cuanto quisiera ayudarlo. La casa donde desperté era pequeña, más pequeña que en la que yo vivía, la habitación donde desperté tenía una televisión y había una cama a lado, pero estaba vacía.
Me levanté de la cama yme dirigí a conocer la casa y relacionarme con los seres que habitaban en ella. Conocí a mi nueva madre, lo supe porque me llamó hija desde que me vio, en seguida le respondí “Madre”. La sala es un lugar con 2 sillones, las puertas no se abren automáticamente, las tienes que deslizar a la derecha para poder pasar de una habitación a otra, bueno, tengo que ir acostumbrándome a esto para que nadiesospeche de que no soy humana.
Me llamo Ame Mitzuki soy un Gädo y vengo del planeta Hogo-Sha, encargado de proteger a la humanidad de los terribles ataques del universo, nosotros siempre los protegemos desde nuestro planeta, donde tenemos la tecnología suficiente para poder rastrearlos a cada momento, a cada ser humano. ¿Qué hago aquí?, vengo en busca de otro Gädo, su nombre es Sora Yuuki, o almenos así es como yo lo conocí en Hogo-Sha, llegué a convivir con él, era un Gädo sumamente alegre, compartía su felicidad con todo aquello al que hablaba, a través de sus ojos se podía observar el sufrimiento que tenía, pero no lo quería sacar a la luz para que nadie más supiera que le pasaba. Era muy nervioso, por lo mismo, como no sacaba sus sentimientos, se los quedaba y se ponía muy nerviosocuando las cosas no iban bien. Un día Sora se hartó de estar cuidando a los humanos, y se prometió ir a destruirlos a todos. Mi deber es encontrarlo y en cuanto lo encuentre, desintegrarlo de la vida, para que no vuelva a amenazar a nadie, ni a nosotros ni a los humanos.
Capítulo II “La relación”
Ya han pasado 2 semanas, en días humanos, desde que llegue aquí. Ah por cierto, no mencioné que residoen Tokyo Japón, una ciudad muy hermosa, llena de mucha variedad de personas; el tiempo que estuve aquí no me relacioné con nadie, solamente iba a las calles en busca de Sora. ¿Cómo sabré quién es?, todos los gados tenemos una marca en alguna parte de nuestro cuerpo con un símbolo, que significa Gädo, al menos la mayoría de los gados lo tienen atrás de las orejas, pero en forma humana, no estoysegura de donde se encuentren, al menos yo lo tengo a lado del ombligo.
Como estas semanas no he tenido avances, he decidido meterme a la escuela preparatoria de Tokyo, supongo que tendré que relacionarme con las personas, hablarles, ganarme su confianza para poder sacar más información y al fin saber dónde se encuentra Sora y destruirlo para siempre.
Es lunes y son las 7 de la mañana, mi madre me halevantado y me dio instrucciones para llegar a la preparatoria, tengo que tomar un tren y caminar unas cuantas cuadras para llegar, no creo que sea la gran cosa. Cuando iba en dirección al tren, un sujeto le robó el bolso a una joven que iba también al tren; tuve que hacer algo con ese sujeto, fui corriendo hacia donde iba, y se metió a un callejón, comenzó a sacar todo lo que había en el bolso.Lo único que hice fue tomarlo de la espalda y apuñalarlo muchas veces hasta que su corazón dejara de palpitar, a la vez que lo apuñalaba, mi uniforme de la escuela, se manchó un poco de sangre, (¿mencioné que los Gädos tenemos algunos trucos?) saqué un poco de una mezcla que había hecho para estos casos y la unte en mi ropa y los objetos de la joven que había sido robada; rápidamente la sangre...