El Hombre Y La Mujer: Dualidad Esencial

EL HOMBRE Y LA MUJER: DUALIDAD ESENCIAL
En el mundo se impone, como rasgo indeleble de la época, el imperio de la homogeneidad. Desaparecen algunos signos distintivos de las personas, de lospueblos, de las agrupaciones humanas. Es, tal vez, uno de los efectos de la globalización. Pero su manifestación viene de mucho tiempo atrás, desde mediados del s. XX. Fue cuando Ortega y Gasset escribió“La rebelión de las masas” (1930). La homogeneidad, la uniformización, la masificación, el retroceso de lo privado ante lo público son, en efecto, términos equivalentes. Lo fundamental es que, enese panorama brumoso, las diferencias se borran y todo se confunde en una gris uniformidad.
Las gentes de aquí o de allá visten igual, beben Coca-Cola, se divierten con la misma músicaestridente, se sumergen horas de horas en las computadoras, enmudecen ante las escenas, de contenido múltiple, de la TV. Las actitudes pasivas suplantan a la actividad propia (como sucede, precisamente, en elcaso de los adictos a la televisión); la propaganda ejerce su dominio absoluto sobre las mentes desprevenidas, con sus técnicas de repetición continua sobre las conciencias. El gran peligro para lahumanidad actual está en el vaciamiento interior, en el predominio neto del cuerpo sobre el pensamiento o la conciencia. Desprovistos de vida interior, gran número de individuos no son ya dueños de símismos; se convierten en números, en objetos dominados por las campañas de publicidad, por las corrientes ideológicas, sectarias, irracionales o, por el indiferentismo moral. En su tiempo, diversosdefensores cristianos de los valores de la trascendencia y la espiritualidad humana, como Maritain o Mounier, supieron establecer la diferencia entre la persona y el individuo, viendo en la persona alser portador de valores, integrado en la comunidad, distinto del individuo aislado, simple unidad numérica de un conjunto social.
Entre los casos más graves de indiferenciación en la especie...