El Ingrediente Secreto

El ingrediente secreto
Por: Diana Doménech
Acaba de celebrarse por todo el orbe el Día Internacional de la Paz. Ceremonias, marchas, discursos, palomas por aquí, ropas blancas por allá, elinfaltable Lennon: se desplegó la tradicional parafernalia para celebrar uno más de los caprichos del calendario.
Si uno se toma el tiempo de visitar la página de la Real Academia Española y buscael significado del término “paz”, va a encontrar definiciones como la que sigue: “Situación y relación mutua de quienes no están en guerra”.
Es decir, que la misma paz es un estado de oposición.Hay como unas seis o siete definiciones más, en donde no se le permite a la paz existir si no es en contraposición a la guerra, y uno se queda como con un sabor a pólvora en la boca al terminarla consulta.
Prefiero la definición de nuestro Benito Juárez, de todos conocida: “En los pueblos como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz”.
¿Se puede notar ladiferencia?
Allá, la paz se obtiene como un estado de no-guerra; aquí, es un acuerdo de honor.
Y existe una palabra, una sola, que encierra en sí misma el concepto del “respeto al derecho ajeno”; esdecir, hay una palabra que encarna a la paz con tanto éxito como la paz misma, y ésta es la tolerancia.
Que conste que no estoy hablando de “tolerancia” como la de quien busca sentirse buenoporque no anda involucrado en cacerías humanas.
No me refiero a la tolerancia con la que se habla desde un púlpito para pedir a Dios por los descarriados que no creen lo mismo que uno y que marchandirectito al infierno, pobres.
Hablo de la tolerancia nuestra de cada día.
Ponerse en los zapatos de otro, pues.
Es que el niño deje de inventar apodos ofensivos a los compañeritos que novan con la borregada, y pueda considerar, simplemente, conversar y hacer amistad con ese niño que no quiere ser un Power Ranger o esa niña que no quiere ser una Princesa.
Es también que uno...