el maestro de educación religiosa

EL MAESTRO DE EDUCACIÓN RELIGIOSA....
UN ARTESANO.... UN ESCULTOR.



Esta analogía nace de la relación que quiero establecer entre la acción pedagógica del Maestro de educación religiosa en las distintas etapas del desarrollo humano y la comprensión de los contenidos de fe de los estudiantes a lo largo de su vida escolar. Pienso que la riqueza plástica de la artesanía, la condición dela arcilla, el proceso que va asumiendo ésta al dársele forma y el escenario del taller del ceramista, se relacionan y se prestan para sustentar la acción de la ERE y sus programas en las distintas etapas que atraviesan los niños y jóvenes dentro de las instituciones educativas; por eso, a lo largo de este escrito iré relacionando el quehacer del Maestro con la labor “original” de un artesano-escultor.

Es evidente que el conocimiento, las experiencias significativas, las necesidades humanas y la historia misma, viajan con la edad del ser humano permitiéndole construir con este bagaje toda una identidad humana, psicológica y espiritual propias; es evidente, también que el niño y el joven tienen de acuerdo a su edad, características comunes elaboradas por los distintos ámbitos enlos que nacen y se forman (familia, región, escuela) y que determinan y orientan, en últimas, su realización personal.
De ésta reflexión surge la pregunta...


¿ Qué incidencia tiene la Educación religiosa escolar en el desarrollo evolutivo
del niño y el joven en edad escolar?


Durante la infancia, el niño está marcado por la actividad exagerada, por los razonamientos cortos, por unaimaginación viva que confunde la fantasía con la realidad, por el egocentrismo, el predominio del corazón sobre la razón y por la tendencia a todo lo ritual. Este pequeño ser humano se asocia con la arcilla en estado natural, que depende casi en su totalidad de las condiciones ambientales y de las “manos” de quien la cuida; es entonces en esta etapa en la que el papel del maestro esfundamentalmente presencia y expresividad, a fin de que el testimonio generado en un ambiente “positivo” sean la base de una correcta educación religiosa. Es como cuando el artesano toma en sus manos el barro informe y comienza a imaginarse trasladando una figura, una impronta que repercutirá en su obra final.

En la edad escolar, justo cuando el niño empieza a darse cuenta de las relaciones existentesentre las personas, los hechos y las cosas, cuando su pensamiento se hace lógico, cuando se encuentra ávido de saber y con un sentido ético muy rígido, es tarea del profesor, iniciarlo no en el deber, sino en la moral del amor, en el sentido de la gratuidad, del desinterés y del saber compartir, para ir formando en él, una conciencia clara, positiva que le vaya haciendo libre. Evoco en estemomento la arcilla lista, humedecida ya, y el ceramista que intenta esculpir; más que hablar o imaginar, actúa a fin de dar una particularidad a su obra.

La adolescencia, llamada “momentos de crisis”, en la que surgen nuevos comportamientos biológicos, sociales y religiosos, es una etapa fundamental en la formación psicológica y espiritual del estudiante y delicada para el profesor dereligión; en esta etapa el joven, ampliado su horizonte, cree tener argumentos que lo enfrentan a los comportamientos y al sentir de los adultos; reclama de ellos, de la sociedad y de la iglesia, explicaciones reales y científicas, y como no las obtiene, se siente lanzado a un mundo solitario en el que distorsiona el sentido de una auténtica relación consigo mismo, con los otros y hasta con Dios.Su carácter variable, su desarrollo físico, su despertar sexual lo hacen sentir diferente y enfrentado a problemas que pueden afectar su futuro.
Toda esta realidad es la base en la que el adolescente perfila su identidad personal y profesional y cuando es precisa la acción del educador para suscitar simpatía en él, a fin de proyectar la imagen de un Jesús que plenifica y que responde a sus...