El Medio De Comunicación De La Demanda En El Proceso Laboral

EL MEDIO DE COMUNICACIÓN DE LA DEMANDA
EN EL PROCESO LABORAL

Alcides SÁNCHEZ NEGRÓN

I. INTRODUCCIÓN
Antes de proceder a desarrollar las ideas que centran el propósito de es-tas reflexiones que deseo compartir con esta calificada audiencia, se me hace indispensable realizar, previamente, las siguientes precisiones (en el fondo sú-plicas de paciencia y concitación al razonamientojurídico):
1º Sin ningún lugar a dudas, el procesalismo nacional dio un firme paso de avance cuando se sancionó la vigente Ley Orgánica Procesal del Trabajo, lo cual permitió al importante y significativo contingente de justiciables que ponen su fuerza de trabajo en favor del progreso socio-económico del país conquistar autonómicamente un instrumento ritual más conforme con la realidad y satisfactor dela angustiosa espera por una real y sincera tutela judi-cial efectiva, pronta y justa. Se satisfizo, al fin, la inaplazable necesidad de abandonar el viejo régimen sujeto al asfixiante sistema del proceso escrito, hoy desterrado al cobijo de la sombrilla protectora de la avanzadísima y paradigmática Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. Téngase presente, pues, que reconozco lautilidad y conveniencia del sistema vigente, miles de veces superior al viejo.
2º Pido con toda humildad se tomen mis planteamientos y críticas con la mente abierta para el debate y la discusión seria y científica del tema. No hace muchos años José Rafael MENDOZA MENDOZA —con cuya licencia tomo prestada su palabra— dijo:
«Es precisamente en los casos en que se ponen en conflicto la ley y losvalores de la justicia cuando el abogado deja de ser un simple práctico para elevarse a la categoría de jurista» (Aspectos relevantes del nuevo Código de Procedimiento Civil, apud Perención y caducidad, Fabretón, Caracas, 1989, pp. 363-364).
En su momento el inolvidable Eduardo J. COUTURE, en sus segundo y cuarto mandamiento del abogado, expresó:
Omissis
«2º Piensa.— El derecho se aprendeestudiando, pero se ejerce pen-sando», pues «el abogado transforma la vida en lógica y el juez trans-forma la lógica en justicia».
Omissis
«4º Lucha.— Tu deber es luchar por el derecho; pero el día que en-cuentres en conflicto el derecho con la justicia, lucha por la justicia», pues —agrego yo— el abogado debe sembrar como eterno en lo más profundo de su espiritualidad el brocardo justitia est habitusvoluntatis (la justicia es un hábito de la voluntad).
Concreto estas advertencias para concitarles a que tomemos distancia, para el análisis, de la muy difundida creencia, sobre todo entre jueces, en que la autonomía del proceso laboral es tal que está sustraído totalmente de sus vínculos con el tronco universal del concepto proceso jurisdiccional, tanto que es común escuchar (y a mí en lo personalse me ha dicho) que en el proceso laboral no caben los conceptos civilísticos de ese otro y extraño proceso en el que se resuelven, en plano de otra dimensión quizás, las cosas privadas. No, eso no es cierto. No es verdad que exista un proceso laboral y otro civil; el proceso es uno sólo, único e indivisible, con principios universales que obran en cualquier sede jurisdiccional. Lo que varía —esosí— son las regulaciones propias del procedimiento, que sin lugar a dudas es cosa diferente. Pero, zanjando diferencias de criterio —si es que las hubiere— la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia (conociendo precisamente de un amparo constitucional contra sentencia en sede laboral) se expresó así:
«La doctrina antes reseñada ha sido establecida por esta Sala para pre-servar elprincipio del contradictorio y del equilibrio procesal de las partes que rige en todo proceso, pues siendo éste un concepto único, el mismo, en cualquiera de las sedes en las que se desarrolle (civil, mercantil, penal, laboral, contencioso-administrativo) está regido por principios comunes y los jueces deben aplicar las normas adjetivas en el sentido en que se logre este fin» (Sentencia de...