El público hace mal a la televisión
El público le hace mal a la televisión. Umberto Eco
Los mensajes que dispara la pantalla pueden ser desbaratados por lostelevidentes. En este texto, el semiólogo italiano analiza lo que ocurrió en España tras el atentado del 11-M, cuando la gente no creyó en la versión oficial del hecho y suscitó una crisis en elgobierno de Aznar
Me llama por teléfono de Madrid mi colega y amigo Jorge Lozano, que enseña semiótica y teoría de la comunicación en la Universidad Complutense. Me dice: "¿Te enteraste de lo queocurrió aquí? Confirma todo eso que escribieron ustedes allá por la década del sesenta.
Estoy haciéndoles releer a mis estudiantes la comunicación que hiciste en Perugia, en 1965, junto con Paolo Fabbri,Pier Paolo Giglioli y otros, y tu intervención en Nueva York en 1957 sobre la guerrilla semiológica, más tu ensayo de 1973 ¿El público le hace mal a la televisión? Ya se había escrito todo".
Produceplacer ser declarado profeta, pero le hice observar a Lozano que entonces no estábamos haciendo profecías: simplemente sacábamos a la luz tendencias que ya existían.
"Está bien, está bien -me diceJorge-, pero los únicos que no leyeron aquellas cosas son los propios políticos."
Tal vez ése es el asunto. En los años sesenta y principios de los setenta se decía en diversos lugares que sin duda latelevisión (y en general los medios de comunicación masivos) es un instrumento potentísimo, capaz de controlar aquello que entonces llamábamos el "mensaje", y que al analizar ese mensaje era posibleejercer influencia sobre la opinión de los usuarios y hasta directamente moldear su conciencia.
Pero se observaba que aquello que el mensaje decía intencionalmente no era necesariamente lo mismo queleía el público. Los ejemplos más obvios eran que la imagen de un corral lleno de vacas es "leída" de manera diferente por un carnicero europeo que por un brahmán de la India, que la publicidad de...
Regístrate para leer el documento completo.